Rías baixas fue la única Denominación de Orixe gallega que cerró la cosecha de este año con una subida (del 7,8%) en el número de toneladas de uva recolectadas.
Los viticultores han recogido 33,4 millones de kilos, el 56% del total autonómico y el tercer mejor volumen de la historia de la Denominación. Sin embargo, las primeras previsiones apuntaban hacia una merma mínima del 10%. ¿Qué factores produjeron el cambio?
El problema es que fue un año muy difícil de pronosticar. Había una irregularidad tremenda, porque había viñedos que estaban bien, pero también los había con unas mermas muy importantes, lo que nos hacía ser pesimistas. Hubo gente que perdió fincas enteras o más de la mitad.
¿A qué se debieron estas pérdidas?
Por el mildiu y el corrimiento, un fenómeno que se produce cuando se alcanzan temperaturas muy frías en el momento en el que el fruto cuaja. Los racimos se quedan como desgranados, por lo que pierden peso.
Y luego vino la remontada...
Sí. Las perspectivas de un verano cálido nos hicieron prever que podría haber un estrés hídrico, como ya ocurrió en años anteriores. Sin embargo, al final el comportamiento del viñedo fue muy bueno y aguantó perfectamente las temperaturas de julio y agosto tan cálido. Además, las lluvias que cayeron a principios de septiembre, fueron magníficas. No pudieron caer en mejor momento y fueron intensas, pero duraron el tiempo justo, por lo que lograron que la planta se recuperar mucho y ganar peso.
"Hay que comercializar las grandes producciones y ya hemos pasado algunos años críticos que nos han hecho aprender"
Las condiciones meteorológicas condicionan las características del vino. Teniendo en cuenta cómo ha sido este verano, ¿qué albariño nos espera?
A la hora de buscar el momento idóneo para realizar la vendimia influyen dos factores fundamentales, que son el grado y la acidez. El equilibrio entre ambos es el que decide el momento óptimo de la recogida. Normalmente, cuando nos acercamos a ese instante, el grado va ascendiendo y la acidez va bajando. En nuestro caso buscamos una personalidad, una acidez determinada y un grado suficiente, que sea representativa de los vinos Rías Baixas. Este año los parrales tuvieron un estado hídrico muy bueno y hubo calor y sol de sobra, por lo que fue un año perfecto. En líneas generales, tendremos un albariño con más grado y menos acidez.
La vendimia del año pasado fue calificada de muy buena. ¿La de este año alcanzará el excelente?
Es muy temprano para saberlo, porque los vinos están en fermentación. Cuando partes de una buena materia prima ya tienes una garantía y los indicios que estamos teniendo son muy buenos. No obstante, dependerá de las enologías para determinar el nivel al que se llegará.
Las ventas nacionales y las exportaciones de los vinos Rías Baixas aumentan año a año. ¿Habrá un momento en el que habrá que aumentar la superficie de cultivo o los límites de rendimiento que están permitidos en la actualidad?
El destino de una denominación, al igual que el de una empresa, es el de crecer, pero lo importante es que sea sostenible. Hay que hacer las cosas bien y de acuerdo con unos precios que permitan una sostenibilidad. Hay que mantener un precio adecuado de la uva y un precio adecuado en los mercados, y lograr que sea un crecimiento a la par de la oferta y la demanda. Las grandes producciones hay que comercializarlas y ya hemos pasado algunos años críticos que nos han hecho aprender. Quizás las decisiones tiene que empezar a ser más sensatas, sobre todo ahora que tenemos un bagaje de años.
Entonces, la necesidad de crecimiento existe, pero no es urgente.
De momento, no.
"Invito a la gente a que no espere con tanta ansia el vino nuevo y pruebe las añadas anteriores"
Los sindicatos del sector vinícola aseguran que este año se alcanzaron precios históricos por el miedo de las bodegas a quedarse sin materia prima. ¿Confirma el aumento de tarifas?
Sabemos que hubo precios elevados, pero lo que nos pareció más positivo es que la media subió y que la gente está contenta de los precios. No solo por parte del viticultor, sino también por parte de las bodegas, que saben que es necesario compensar el trabajo de los viticultores para que puedan pensar en afrontar nuevas inversiones.
Uno de los grandes hándicaps del albariño es su durabilidad. ¿Cuánto tiempo se puede guardar una botella de este caldo con vistas a su consumo o, dicho de otro modo, cuál es su fecha de caducidad?
Pues tengo que responder un poco a la gallega: depende. Depende de la elaboración, de la añada, de si ha sido criado en barrica o en lías... No hay una norma general, pero sí invito a la gente a que no espere con tanta ansia el vino nuevo y pruebe las añadas anteriores, porque se va a llevar una grata sorpresa.
¿Pero cuál es el tope?
Desde luego, si el vino tiene es de hace dos cosechas va estar bueno seguro. A partir de ahí, varía. Aquí (en la sede del Consello Regulador) hacemos catas de añadas para que las bodegas valoren eses productos e investiguen en este campo, y nos hemos llevado sorpresas. Hay elaboraciones de buenas añadas con seis o siete años que están estupendas.
¿Qué porcentaje representan los tintos y espumosos?
Los tintos suelen representar menos del 1% de la producción. Los espumosos varían en función de la cosecha. Lo que hacen las bodegas es seleccionar determinadas partidas de uva para hacer vino base que luego se usa para elaborar espumosos. Lo hacen a lo largo de la vendimia y lo declaran luego, aunque suelen ser las primeras partidas, porque se buscan vinos que no hayan llegado a un nivel de maduración tan alto.
De las cinco subzonas O Salnés es la que se lleva la palma...
Sin duda, es la gran productora y la que tiene la mayor parte de la superficie y bodegas. Representa más del 60% del total.
