"Ahora veo que la vida es mucho más sencilla"

Tras haber sido campeona olímpica y del mundo, parecía que no le quedaban retos que superar. Sin embargo, Támara Echegoyen encontró en la Volvo Ocean Race otro objetivo y también lo cumplió. Hace solo unos días que cruzaba la línea de meta en La Haya con el Mapfre en segunda posición tras nueve meses de navegación y de mucho aprendizaje

Echegoyen.DP
photo_camera Echegoyen.DP

TÁMARA ECHEGOYEN es optimismo, superación y éxito. La regatista pontevedresa llegó el pasado domingo a la meta de la Volvo Ocean Race con una sonrisa en la cara. Solo unos días después habla para Diario de Pontevedra de su experiencia y de lo que ha aprendido durante los nueve meses de navegación.

Lo primero, enhorabuena por haber alcanzado esa segunda posición, pero lo más importante, por haber terminado la VOR.

Sí, la verdad es que hay que darse cuenta de que el mayor premio es haber terminado la Volvo Ocean Race, haber cruzado la línea de meta sanos y salvos. Esta regata ya de por sí es un reto y terminarla es un gran premio para mí. Todos somos competidores, nos vimos con posibilidades de ganar y el equipo estaba haciendo un trabajo excepcional, por lo que te deja un sabor agridulce este final.

¿Se les queda esa espina de no haberse llevado el triunfo final?

Sí, somos un equipo muy competitivo, todos dimos el 120 por ciento para poder llevarnos esta competición a casa, pero no se dio. La competición estaba muy igualada y el Dongfeng también hizo un gran trabajo. ¡El deporte es así!

Echando la vista atrás, ¿cómo resumiría esta experiencia?

Es complicado, porque es una competición muy larga, no solo la regata en sí, que duró nueve meses, sino la preparación, que empezó un poco antes. Es una competición en la que hay que subir muchos escalones en muy poco tiempo, es muy intensa y muy cansada. Si me preguntan hace unos meses si me veía terminándola, diría que no sabría porque hay que ir viviendo cada etapa para saber lo que realmente es la VOR. Hago un balance muy positivo, es una de las pruebas más difíciles dando la vuelta al mundo navegando. He estado en mares y en sitios a los que no todo el mundo puede acceder, por lo que creo que tendré muy buenos recuerdos de esta regata. La experiencia fue extraordinaria y además estuve rodeada de amigos, algo que ayuda mucho. Para mí ha sido una experiencia inolvidable.

¿En algún momento se preguntó ‘qué hago yo aquí’ o ‘por qué me he metido en esto’?

Uf, bastantes veces. La verdad es que hubo etapas muy duras no solo por las condiciones de viento, sino también por accidentes. Son situaciones complicadas que tienes que pasar en un barco en medio del mar, en las que la única salida que tienes es continuar, porque no puedes desaparecer e irte a tu casa. Hubo momentos muy duros, pero son situaciones en las que si te dicen que si pulsas un botón y desaparecerías, dirías que no.

¿Cómo ha sido el cambio de hacer regatas cortas con pocas compañeras a navegar durante nueve meses con una tripulación mucho mayor?

Es un cambio radical, sobre todo el hecho de que yo venía de hacer campañas olímpicas, que también supone un trabajo duro para poder llegar a los Juegos con opciones de medallas. Eso supone muchísimo cansancio y muchísimas sesiones de trabajo. Sin embargo, siempre tienes algún momento para poder desconectar, tienes tu habitación, puedes descansar, irte a dar una vuelta... Aquí no, son 20 días en un barco, trabajando cada cuatro horas con los mismos compañeros, no hay tiempo para descansar o desconectar. Es totalmente distinto. Tienes que aprender a vivir en un barco porque son muchos días navegado. Son muchas cosas que tienes que aprender en muy poco tiempo.

"Hubo momentos muy duros en los la única salida era continuar porque no puedes desaparecer e irte de casa"

¿Cómo se vive en un barco? Dicen que tienen que dormir casi como murciélagos...

Vivir en un barco es vivir inclinado, como digo yo. Estás todo el día en desequilibrio, comes y duermes inclinado. La verdad es que no es un barco de placer, sino de competición, por lo que te acostumbras a vivir con lo que necesitas: comer, un sitio para dormir y nada más. Ha sido bastante divertido. Cuando empezaba, me parecía todo muy difícil, pero ahora veo que la vida es más sencilla, que me sobran las cosas (risas).

"Al final, te acostumbras a vivir solo con lo que necesitas: comer, un sitio para dormir y nada más"

Entonces, esta experiencia, ¿le ha valido también para ver la vida de otra forma?

Bueno, yo soy una persona que siempre he sido muy positiva y una forma de ver la vida optimisma que me ayudó a salir de momentos difíciles Esta regata te hace recordar que hay momentos extraordinarios. Es verdad que hay cosas que dejan de tener la importancia que tenían antes, porque te das cuenta de que realmente no la tienen. Es una regata que pone al límite, por lo que provoca que seas consciente de lo afortunados que somos, te ayuda a relativizar y valorar lo que eres y dónde estás.

¿Qué ha sido lo más complicado de toda esta experiencia?

Creo que lo más difícil de esta regata es vivir, convivir y trabajar con el cansancio. Al final, en situaciones extremas tampoco la cabeza lo pone fácil. Es una regata que no está hecha para todo el mundo, tienes que tener algo especial para hacerla y eso lo he podido comprobar durante la competición. Hay muchas situaciones complicadas, pero cuando te bajas del barco tan solo recuerdas las cosas buenas y te quedas con la sensación de haber logrado llegar.

Y a pesar de lo malo, ¿cuál sería el mejor recuerdo de estos meses?

Creo que tengo bastantes buenos recuerdos de cada etapa, pero la etapa de New Port con la remontada y conseguir cruzar la línea de meta en primera posición es una sensación muy agradable y que siempre la tendré presente, como otras muchas, pero creo que es la que más cerca está. Uno de los primeros recuerdos fue cuando llegué a Melbourne y me di cuenta de que ya había estado en el océano sur, ese que es tan temido y que es tan frío (risas). Son distintas cosas que he vivido durante la regata. ¿Se arrepiente de haber aceptado el reto del Desafío Mapfre? ¡No! Yo nunca me arrepiento de las decisiones que tomo (risas). Debe ser porque las pienso mucho antes de tomarlas. ¿Se pensó mucho esta entonces? ¡Claro! Es que es una competición muy peligrosa, que es muy difícil no solo para los regatistas, sino para sus familias, porque tienen a un familiar en el medio del mar. Yo no puedo decirlo, porque era yo la que estaba navegando, pero mi familia sí puede hablar de ello. Es una competición que tienes que tener muy claro que quieres hacerla, porque no puedes llegar a un punto e irte porque no estás seguro. Tienes que pensarlo muy bien antes de involucrarte. Es una decisión que puede cambiar tu vida.

Ahora, con la Volvo Ocean Race terminada, ¿le quedan ganas de repetir la experiencia o prefi ere volver a los barcos más pequeños?

Para la siguiente Volvo Ocean Race quedan casi tres años, por lo que es mucho tiempo. Lo que está claro es que a mí me apasiona la vela, es un mundo que está hecho para mí, en el que creo que he hecho un buen papel y en el que todavía me quedan muchas más cosas que aprender, así que, ¿por qué no? Yo siempre estoy intentando ser la mejor parte de mí y para eso hay que seguir aprendiendo, me queda mucho que aprender y, si se diese la oportunidad, creo que volvería a hacerlo y ¡a pasarlo mal una vez más!

"La VOR es una regata que te pone al límite y te ayuda a relativizar y valorar lo que eres y dónde estás"

En medio de la regata se supo que Berta Betanzos, la que había sido su compañera de navegación en 49er fx, se retiraba. ¿Cómo recibió la noticia? ¿Se la esperaba?

Como todo el mundo sabe, Berta y yo somos íntimas amigas y formamos un equipo muy bueno. Esa decisión se había tomado hace tiempo, ella quería dar un cambio a su vida y para mí sería muy emocionante seguir navegando con ella, viendo la posibilidad de Tokio, y prefiero respetar su decisión y ayudarle, porque no es fácil cuando llevas toda la vida haciendo deporte de élite dejarlo. Fue un momento duro, tanto para ella cuando lo decidió, como para mí cuando lo supe. Ahora seguramente volvamos a tener proyectos juntas, que no tienen por qué ser de vela profesional. Seguiremos disfrutando juntas. Ella me ha acompañado durante toda la Volvo, no ha podido estar en todas las etapas, pero ha venido a bastantes, siempre ha sido un apoyo para mí y yo voy a estar para lo que necesite. Así que al final, la campaña olímpica es una parte pequeña de esta vida.

Faltan tres años para la siguiente VOR, pero para los Juegos tan solo faltan dos... ¿Se ve en Tokio 2020 o es pronto para decirlo?

Todo puede ser, en mi cabeza siempre hay algún reto nuevo, pero ahora de verdad estoy tan cansada que solo me apetece simplemente tener unos días de no pensar en nada, ni siquiera en el futuro, disfrutar de la familia y los amigos y descansar. Después, con un papel y un boli me sentaré a decidir qué quiero. Soy una mujer a la que le gustan los retos y ese podría ser otro, pero ahora necesito descansar.

Comentarios