Álex de la Iglesia defiende en la Berlinale su comedia de terror 'El bar'

El nuevo filme del director plantea la situación de un grupo de gente que no puede salir de una cafetería bajo amenaza de muerte
Álex de la Iglesia en la Berlinale
photo_camera Álex de la Iglesia en la Berlinale

El realizador español Álex de la Iglesia defendió este miércoles en la Berlinale su nueva película, El bar, una "comedia de terror" muy esperada por la prensa, con "un genero debajo que es el del descenso a los infiernos", según dijo el director.

"Es una comedia de terror , género que me ha dado muchas alegrías porque explica mejor mi manera de ver el mundo. Todo es terrible, angustioso, un terrible encierro, pero gracias al humor tenemos un escape", declaró el director en rueda de prensa.

En el filme, largometraje número 14 del cineasta bilbaíno, un grupo de personas con perfiles muy distintos se ve obligado a permanecer encerrado en el interior de un bar ante la amenaza de un francotirador que parece estar dispuesto a matar a todo el que salga del local.

No obstante, las personas en el bar se dan cuenta después de que el verdadero enemigo se encuentra dentro, lo que provoca divisiones entre ellos.

Finalmente caen en una especie de purgatorio en el que "hay personajes que sobreviven al infierno, pero no sé si porque son buenos, o porque son las que más nos manipulan", reveló. "La única redención es reconocer que somos pecadores, absurdos y cobardes", agregó.

"La única redención es reconocer que somos pecadores, absurdos y cobardes"

A la pregunta de si su filme es un ejemplo de la "típica locura española", De la Iglesia señaló que ese es un "concepto interesante" que no tiene por qué negar, al tiempo que recordó "la larga tradición de lo grotesco" en la cultura española.

"Cualquiera podrá ver esta película con total tranquilidad y entenderlo todo aunque transcurra en Madrid. Y no creo que necesariamente tengamos que pensar que es un fresco del comportamiento del madrileño o del español o del europeo, sino que es algo fácilmente extrapolable a cualquier persona que haya tenido en algún momento un poco de miedo", dijo.

La película se exhibe en la sección oficial de la Berlinale, aunque fuera de concurso, aspecto sobre el cual incidió uno de los periodistas presentes.

"No quiero ser injusto con la gente que me respeta. Siempre ha habido una sana condescendencia con lo que hago. Una sana condescendencia, es decir: 'está bien, el chaval este está bien, majete, es majo'. Y es algo que solamente no me importa, sino que agradezco muchísimo. Eso, mejor que el desprecio y la indiferencia. Eso es lo único que me da miedo, la indiferencia", dijo al respecto.

Para De la Iglesia, decir de una película suya que es "simpática" es "lo más bonito que se puede decir de una persona o de una obra de arte".

"Simpática, ¿no es maravilloso? Yo quiero ser simpático. No quiero ser ni genial, ni soberbio, bueno, eso sí soy, porque todo esto esconde mucha soberbia", agregó.

El cineasta estuvo arropado durante la rueda de prensa por cuatro de los protagonista del filme -Blanca Suárez, Mario Casas, Jaime Ordóñez y Secun de la Rosa-, que coincidieron en subrayar lo especial de la experiencia de trabajar con De la Iglesia en este proyecto, que ha hecho aflorar en ellos "los instintos más básicos", según resumió la actriz.

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