Alquilar en la capital, una labor difícil por la oferta escasa y los precios elevados

El sector inmobiliario indica que la mayoría de los pisos que se ofrecen son antiguos y no reúnen unas condiciones atractivas para los inquilinos ► Las calles del centro son las más caras y, en ellas, un apartamento de tres habitaciones oscila entre los 500 y los 700 euros al mes

photo_camera Una pareja mira escaparates de una inmobiliaria. J. CERVERA-MERCADILLO

Las personas que buscan un piso de alquiler no lo tienen demasiado fácil en la ciudad del Lérez. La capital pontevedresa es una de las urbes gallegas donde la bolsa de viviendas para arrendar resulta demasiado escasa en comparación con la demanda existente. Esta situación, además, se ha visto agravada como consecuencia de los efectos de la crisis económica, pues las dificultades para acceder a una hipoteca para comprar una casa en propiedad han invertido la tendencia y han abocado a muchos vecinos a optar por el inquilinato, lo que ha desequilibrado todavía más la balanza de la oferta y la demanda.

Así lo señalan los profesionales del sector, según los cuales el mercado de alquileres en la Boa Vila resulta actualmente «muy complicado».

Tal y como precisa Patricia Aboal, administradora de la inmobiliaria Inmobal (situada en el número 20 de la calle Peregrina), «Pontevedra es una de las ciudades con un mercado inmobiliario más difícil, pues, además de que existen pocos pisos de alquiler, la mayoría de los que hay no están muy preparados para familias ni para estudiantes».

El 90% de las viviendas para arrendar están ya amuebladas (lo que dificulta las cosas para aquellas personas que buscan mudarse con sus propios enseres), pero, además, la mayor parte de los apartamentos que se ofrecen tienen muebles y equipamientos antiguos y no han sido reformados desde hace tiempo, aunque hay excepciones.

«Además, en el centro hay muy pocos pisos que se ofrezcan con plaza de garaje», y eso también representa un hándicap importante, señala Patricia Aboal.

En Inmobiliaria Michelena añaden que, «en general, en Pontevedra la oferta se concentra en un extremo o en el contrario. Es decir, o son pisos muy antiguos, o están actualizados y bien preparados pero, en este caso, resultan caros y van enfocados a un perfil de clientes con más poder adquisitivo. Sin embargo, en lo que que respecta a la oferta de pisos para inquilinos de tipo medio, en la ciudad hay mucha carencia».

De hecho, en este establecimiento puntualizan que el perfil más habitual de las personas que buscan arrendar en la Boa Vila corresponde a «trabajadores medios que no pueden pagar más de 400 o 450 euros mensuales».

Por este motivo, «muchas personas optan por irse a Poio o a otras zonas de los alrededores que resultan más accesibles».

En lo que respecta a la ciudad, el centro aglutina las calles con los alquileres más caros. «Especialmente, hablamos de Benito Corbal, Michelena, Peregrina, Castelao... En ellas, un piso de tres habitaciones amueblado ronda los 500-550 euros al mes (sin plaza de garaje) o bien los 600 e incluso hasta 700 euros (con plaza de garaje), dependiendo de las condiciones del piso», explican en Inmobiliaria Michelena.

FUERA DEL CENTRO. A medida que el círculo se va abriendo sobre el callejero, los precios van descenciendo: «En calles menos céntricas, pueden oscilar alrededor de 400 o 450 euros al mes por tres habitaciones», precisa la administradora de Inmobal.

Según los profesionales del sector, una de las zonas con los precios de alquiler más baratos de la ciudad es el barrio de Monte Porreiro, donde se pueden encontrar por «alrededor de 300 o 400 euros al mes».

Sin embargo, tampoco allí existe una oferta suficiente, a pesar de tratarse de uno de los núcleos de la Boa Vila con una mayor bolsa de viviendas.

«En Pontevedra no hay ninguna zona en la que actualmente haya un stock de pisos en alquiler», añade Patricia Aboal.

Además, en algunos casos el problema se produce cuando los propietarios quieren subir el precio a pesar de que el apartamento no reúne unas condiciones que se corresponden con el importe demandado. «Es más sencillo alquilar cuando la cifra que se solicita se ajusta a la realidad del inmueble», recuerdan los profesionales.

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