Opinión

Angelitos

No parece un enjambre de candorosas hermanitas de la caridad, o eso se deduce de las informaciones que a propósito se divulgaron sobre la banda del Seat León, culpada del robo de una cuarentena de coches de esa marca y tipo para cometer un centenar de asaltos en viviendas particulares y empresas de Galicia y Castilla y León. Pero el juez o la jueza de Ferrol que los dejó en libertad, lo mismo descubrió una oculta catadura seráfica (unos angelitos), lo cual les permite seguir con el frenesí delictivo. Parece ser que el botín requisado, se supone que proveniente de los asaltos, pese a su variedad y abundancia, con que se ha descrito en las informaciones, es insuficiente para incriminar a los catorce arrestados del entramado criminal, estructurado en tres activos grupos. No se sabe si la decisión judicial se enmarca en las garantías procesales que asisten a cualquier sospechoso, o se trata de un gesto bondadoso, lo cual resulta impensable cuando los implicados, o varios de ellos, reúnen antecedentes que ofrecen pocas dudas en su pasado delictivo. En cualquier caso no se tiene en cuenta alarma social, agravante suficiente como para adoptar medidas cautelares que impidan la continuidad delictuosa de la cuadrilla. Dejarla a su libre albedrío, raya la temeridad.

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