TRABAJÓ de cantera durante diez años y unos excelentes resultados. Fueron las credenciales de Nacho Moyano para llegar al Frigoríficos do Morrazo, un club que tenía claro que la apuesta por las jóvenes promesas era la única opción ante la imposibilidad de luchar en un mercado de cifras prohibitivas para su presupuesto. La pandemia cortó el curso antes de su final y el técnico dispone de una nueva temporada para afianzar el proyecto de la entidad canguesa.
¿Qué balance hace de su primera campaña en la máxima categoría?
Ha sido un año de aprendizaje. Bueno, casi un año, porque acabar así no fue muy agradable. Destacaría la experiencia que adquirió el grupo con estos meses de trabajo y yo mismo, que nos valdrá para sentar bases de cara al futuro.
La clasificación del equipo era preocupante, pero daba la sensación de que ofrecía su mejor nivel justo en el momento de la suspensión del campeonato.
El equipo iba para arriba. La incorporación de Rubén Ribeiro nos vino muy bien. La línea era ascendente, pero nunca vamos a poder saber que hubiera pasado porque faltaron por disputarse once jornadas.
La combinación de veteranos y jóvenes no acabó de cuajar, al menos hasta el momento en que se pudo jugar la competición. Ahora renuevan esa apuesta, pero la juventud que llega es nacional y con participación en las selecciones de categorías inferiores.
Entendemos que este club tiene que ir a un tipo de mercado concreto. No tenemos presupuesto para fichajes de renombre. La apuesta es por jóvenes con las mayores garantías posibles, como indica su progresión participando con las diferentes selecciones nacionales. Vienen con unas ganas tremendas.
Y el oficio lo van a poner jugadores que llevan muchos años en el club y con una experiencia en Asobal de alrededor de diez campañas. Javi Díaz incluso ya superó la veintena.
Da gusto ver como trabajan y el hambre que tienen estos jugadores con 40 años. Parece que tuvieran 20. Se exigen mucho cada día y son un espejo para los jóvenes. Quieren seguir una temporada más porque pretenden ayudar al club en su objetivo de lograr continuar un año más en la categoría.
No debe ser nada fácil entrenar en estas condiciones.
Le dijimos a la plantilla que no deben tener miedo, pero sí respeto. Es una enfermedad que está en la calle. Tomamos medidas de prevención, como el uso de mascarilla, gel o higienizar las máquinas del gimnasio.
¿Tienen dudas sobre el inicio de la competición?
Nosotros entrenamos con un fin y luego veremos si se pospone o cancela. Tenemos que ir día a día viendo como evolucionan las cosas. Todo está previsto, como el partido de preparación del próximo sábado ante el Nava.
El Cisne debuta en la máxima categoría y todo apunta a que será uno de sus rivales directos por la permanencia.Hay una gran igualdad y cada año aumenta más. Vamos a ser unos seis o siete equipos que pelearemos por evitar las cuatro plazas descenso. Es nuestro objetivo y el Cisne estará en ese pelotón. Pero tienen un bloque consolidado desde hace años y seguro que serán competitivos y harán un buen papel.
