Opinión

Arde Lucus

ESTA SEMANA se celebra el Arde Lucus. Si el tiempo lo permite (y parece que lo va a permitir), la ciudad lucense volverá a viajar en el tiempo para convertirse en tierra de Romanos y Castrexos. Las calles de Lugo se llenarán de senadores, de patricias, de novias celtas, de soldados y centuriones, de luchadores, de tribunos de todas las edades. La fiesta, que se ha consolidado ya como un referente de celebración popular, es un ejemplo de civismo, tranquilidad y participación. Tanto que es extraño que no suscite una mayor atención entre la prensa nacional. Y eso, discúlpenme, tiene mucho que ver con la inacción del ayuntamiento. Un año más, presenta el Arde Lucus en Madrid sólo unos días antes de su comienzo, mermando así las posibilidades de que los medios pongan su atención en nuestras calles… y, sobre todo, que los turistas la incluyan en sus planes para el fin de semana. Sinceramente, no sé qué trabajo costaba al equipo de gobierno ser un poco más previsor y traer a la Casa de Galicia el acto de presentación de los fastos en el mes de abril, incluso en el de mayo, para suscitar la atención de los viajeros e incluso de los operadores turísticos. Cuando me llegó la convocatoria para el acto de presentación, fijado para las 19.30 de la tarde del 11 de junio (sí, sí, han leído bien) me pregunté si merecía la pena el viaje, la organización, el desembolso. Y la respuesta es no. Si anuncias una fiesta por todo lo alto cuatro días antes de que se celebre, sólo puede ser por dos cosas: una, porque eres muy torpe. Otra, porque no quieres que vaya nadie a la fiesta. Las dos opciones tienen sentido, pero como la segunda es inverosímil, me temo que sólo nos queda la primera: no se enteran. Espero que el año que viene haya en el Ayuntamiento de Lugo gente más responsable, más previsora o con más ganas de hacer bien las cosas. Porque es una verdadera lástima que se pierda la ocasión de promocionar lo nuestro. Feliz Arde Lucus a todos, y que siga la fiesta. 

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