Una arriesgada técnica salva la vida de un paciente de covid-19 en Galicia

La Ecmo ya fue utilizada con éxito en el Chus para evitar la muerte de Itzel Cruz, joven jugadora del Santiago Futsal que sufrió un grave atropello en 2017
Diego, de 44 años, es aplaudido este martes por el personal médico del Hospital Clínico de Santiago de Compostela. CHUS
photo_camera Diego, de 44 años, es aplaudido este martes por el personal médico del Hospital Clínico de Santiago de Compostela. CHUS

"Ha vuelto a nacer". Son las palabras de José Manuel Framil, el segundo de cuatro hermanos, que respira al saber que el pequeño, Diego, de 44 años, un hombre infectado por coronavirus que ha estado durante 29 días ingresado en la Unidad de Cuidados Críticos del Hospital Clínico Universitario de Santiago (Chus), se ha salvado por el uso de una técnica arriesgada: la Ecmo.

Es la misma que este complejo médico utilizó en 2017 para asegurar la vida, cuando pendía de un hilo, de Itzel Cruz, la joven jugadora del Santiago Futsal, equipo español de fútbol sala, atropellada el 8 de enero de ese año justo al cruzar un paso de peatones en la capital gallega. Ahora ha vuelto a ocurrir el milagro con esa innovadora terapia de oxigenación y, como entonces, con el mejor de los desenlaces.

El doctor Julián Álvarez, presidente de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (Sedar), que es jefe de ese servicio en el área sanitaria de Santiago y Barbanza, ha explicado que el nuevo coronavirus trae muy malas noticias, pero entre ellas se cuelan algunas que son "esperanzadoras", como pasa con esta terapia cuyo empleo es restringido y máxime, cuando por los trombos que causa el patógeno covid-19 causante de la pandemia, "no tiene inicialmente muy buenos resultados" en estos enfermos.

Diego se ha convertido en el primer paciente de covid-19 en recibir este tratamiento en Galicia, aunque los expertos alertan que esta técnica "no beneficia a todos"

SITUACIÓN CRÍTICA. Diego tocó fondo el 5 de abril, hace justo un mes. Su temperatura era elevada. Le costaba respirar y la comida no le sabía a nada. Ese día estaba con su madre y quiso ir del comedor a su habitación, pero cayó desplomado en el pasillo. Su presión arterial: 9-5.

Cuando ingresó, antes de mediodía, en su círculo íntimo todos se temían el diagnóstico. Tanto su progenitora, Josefina; como su pareja, Alexandra Dopazo; Rocío, su hermana mayor, Natalia, la tercera.... Y José Manuel, que recuerda en una conversación con Efe, ahora ya más aliviado, que, desde que era muy chico, "el más mimado de todos, por supuesto Diego", un niño que creció y se convirtió en conductor de autobús, "se quejaba de anginas y de fiebre". "Siempre le afectó eso", manifiesta José Manuel.

Alexandra, empleada en un hotel, recuerda con pena, aunque ya con un notorio sosiego, este calvario en el que han ido sabiendo que el pulmón de su novio estaba mal, que tenía una sepsis en el riñón por bacteria desconocida...

Y, junto a ello, la imposibilidad de acompañarlo, el tener que recurrir, cuando se pudo, muy recientemente, a una llamada con vídeo, en la que personal médico ha tenido que sujetar el móvil. Por los sanitarios sienten afecto y un agradecimiento profundo.

Alexandra y José Manuel son conscientes de que Diego lleva mucho tiempo inmóvil, "hecho polvo", y de que en la actualidad –este martes lo han bajado entre aplausos a una planta convencional de hospitalización– es fundamental la labor de los psicólogos y fisioterapeutas para que entre, como explicitan al alimón Alexandra y su cuñado, "en la senda de la salud".

"El tratamiento consiste en canular las arterias y venas del enfermo y desviar la sangre a un sistema fuera de su organismo. Con ello se oxigena la sangre, que se introduce de nuevo en el paciente"

TÉCNICA. A Diego lo han tratado con la técnica de circulación por membrana extracorpórea (Ecmo) durante 19 días de los 29 que él pasó en críticos. Este paciente ingresó directamente desde urgencias a la unidad de cuidados críticos del servicio de anestesiología y reanimación y, después de permanecer durante dos jornadas con soporte de ventilación no invasiva, tras un empeoramiento de su situación fue preciso intubarlo y aplicarle la Ecmo.

Esta técnica, en suma, suple la función del pulmón cuando éste no es capaz de mantener al organismo y se utiliza únicamente después de fracasar otras medidas.

Julián Álvarez la hace entendible: "Consiste en canular arterias y venas del enfermo y desviar la sangre a un sistema fuera de su organismo. Con ello se oxigena la sangre que, de forma continua, se va introduciendo de nuevo en el paciente".

Por el pronóstico vital, relata este especialista que decidieron realizar esa Ecmo que "no beneficia a todos", incide, "con el apoyo de cirugía cardíaca" en el caso de Diego, que se ha convertido en el primer paciente de covid-19 en recibir este tratamiento en Galicia.

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