Los asesinos de Pilar buscaban el dinero del pago de las obras del muro de la finca

Uno de ellos trabajó para la fallecida unos días antes de asaltar su vivienda ►El crimen se produjo el mismo día que había concertado su jefe para acudir a la casa a cobrar por los trabajos

Uno de los acusados, el martes, accediendo a la audiencia. GONZALO GARCÍA
photo_camera Uno de los acusados, el martes, accediendo a la audiencia. GONZALO GARCÍA

"Ten que haber máis". Ese fue el motivo que, según sospechan la Policía y la Fiscalía, llevó a Constante Sánchez y a José Manuel González a regresar a casa de Pilar Fernández Otero, la octogenaria de Ramallás, durante la madrugada del 30 de julio de 2016. Los cacos, que habían robado joyas en el mismo lugar la tarde anterior, manejaban una información que no trascendió hasta ayer, segunda sesión del juicio por unos hechos que acabaron con la muerte de la anciana de Lérez: ese era el día pactado para que la fallecida pagase las obras de un muro realizado en su finca una semana antes. Unos 2.000 euros en efectivo (que no lograron robar, pues el cobro se realizó en el margen temporal entre ambos asaltos) tuvieron la culpa de que los ladrones golpeasen hasta dejar malherida a Pila, que les imploraba que la dejasen en paz, que no tenía más que lo que podía guardar en su monedero.

Así lo dejó entrever este martes la fiscal del caso, Marta Durántez, que interrogó sobre ello a los otros tres albañiles que construyeron el muro. El cuarto fue el acusado Constante. Su cuñado, la persona que le contrató, declaró que "casualmente entraron justo antes de que su socio fuese a cobrar", y negó que el encausado tuviese tal información. Sin embargo, la coincidencia y la insistencia de dos cacos que ya tenían más de 300 euros (que no se gastan en drogas en una sola tarde, como pretendieron hacer ver al tribunal), llevan a pensar lo contrario.

Fue relevante también para el jurado popular el testimonio de un vecino, que relató que vio a dos hombres con aspecto sospechoso sobre las cinco de la tarde, coincidiendo con el primero de los asaltos, y añadió que uno de ellos estaba en el interior de la vivienda de la octogenaria. "Pensé que eran los trabajadores que aún estaban en la casa y no le di importancia".

Volvió a verles en la calle y pensó que podría tratarse de ladrones, por lo que se preocupó de que no le robasen a él.

La vista oral proseguirá este miércoles con la declaración de las forenses que analizaron el cadáver.

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