Tan solo un año después de la odisea sufrida en la frontera entre Mauritania y Marruecos, la situación se repite y nuevos bloqueos vuelven a surgir provocando que cientos de camiones se mantengan parados a la espera de reabrir fronteras. Entre ellos se encuentran afectados cinco barcos marinenses de pescado fresco con camiones a la cola y luchando contra el tiempo con un producto que pierde valor con las horas.
Estos bloqueos en el paso fronterizo derivan de una movilización de grupos saharuis para exigir a la Onu la realización de un referéndum de autoderterminación en el Sáhara Occidental ante la falta de avances sobre el terreno. Ese paso fronterizo es precisamente el empleado por armadores marinenses para trasladar su pescado fresco tras su actividad en el caladero de Mauritania hacia los puertos de España donde se vende.
Estos bloqueos cogieron completamente por sorpresa a los empresarios que se encontraron con la situación el pasado miércoles sin ningún aviso previo. "Tratamos de buscar un plan B, pero no contábamos con todas las garantías", explica Gustavo Campos, representante de uno de los armadores marinenses.
La salida exprés es precisamente la herramienta con la que cuentan para hacer frente a estos casos. Una medida aprobada este año durante las negociaciones del acuerdo pesquero UE-RIM que permite a los buques abandonar el caladero africano y descargar en los puertos más cercanos, el de Dakhla, en el territorio Sáhara Occidental, o en Las Palmas. Esta medida puede ser utilizada por aquellos buques que no han descargado en el puerto habitual determinado por el convenio, el de Nouadhibou, en Mauritania, una vez lo han hecho, deben continuar por tierra, explica la armadora María José de Pazo, otra de las afectadas por los bloqueos.
Esta posibilidad, que supone siempre pérdidas económicas para los barcos por acortar los días de pesca e impedir cumplir los plazos de entrega con las lonjas de pescado, es la única forma de salvar la mercancía ante los bloqueos y ya ha sido solicitada por algunos armadores. Sin embargo, la semana pasada, ante la inesperada noticia y la falta de garantías para poder descargar en Dakhla, que supone una navegación de 26 horas, "nos hemos visto obligados a que nuestros buques descargasen en Nouadhibou y a ponerse a la cola", explica Campos. Con vistas a las descargas de esta semana, asegura que ya la han solicitado y que se encuentra aprobada a la espera de recibir los documentos pertinentes.
En cuanto a los camiones parados en medio del desierto, Campos explica: "estamos viendo con la Secretaría de Pesca y con el Consejero del Mapa en Marruecos que nos alivien el camino y que esta semana podamos ir a descagar a Dakhla".
"No hay un seguro que te cubra"
Además, destaca que deben recuperar los envases porque perderlos podría ocasionar el doble de las pérdidas para los armadores.
