Barricadas, calles cortadas y represión policial: todo para pedir un Hong Kong democrático

▶ La ciudad vive su primera huelga desde 1967

▶La Policía arrestó a más de 80 personas

Cientos de manifestantes irrumpen en la sede del Parlamento de Hong Kong. RITCHIE B.TONGO (EFE)
photo_camera Cientos de manifestantes irrumpen en la sede del Parlamento de Hong Kong. RITCHIE B.TONGO (EFE)

Manifestantes levantando barricadas, calles cortadas, servicios de transporte suspendidos y una fuerte represión por parte de la Policía, incluyendo el arresto de más de 80 personas, es el balance que deja la histórica huelga general convocada el lunes en Hong Kong para exigir reformas democráticas.

Los manifestantes marcharon por siete distritos de la ciudad, paralizándola desde las 13.00 hora local (05.00 GMT), y llegaron a asediar al menos cinco comisarías de Policía, lo que provocó que los agentes trataran de dispersarlos mediante el uso de gas lacrimógeno.

Ellos, por su parte, se defendieron primero con paraguas y escudos improvisados, y ya entrada la noche algunos prendieron fuego a papeleras a pocos metros de los agentes.

Los manifestantes, que se concentraron en siete distritos, paralizaron la ciudad

Su objetivo, crear el caos para atraer la atención de los efectivos policiales y moverse hacia el siguiente objetivo.

También lanzaron piedras y huevos a las fachadas de las comisarías para mostrar su ira contra lo que consideran un excesivo uso de la fuerza por parte de la Policía durante los últimos dos meses.

De hecho, el cuerpo confirmó que solamente el lunes detuvo a 82 personas por delitos como "revuelta, manifestarse ilegalmente, agredir a agentes, obstruir su trabajo y poseer armas ofensivas".

Estas detenciones se suman a las del pasado fin de semana; la cifra total de arrestos desde que comenzaron las protestas el pasado 9 de junio supera ya el medio millar.

También reaparecieron por la noche grupos vestidos de blanco -pertenecen a mafias locales- blandiendo barras metálicas para golpear a los uniformados de negro, el color preferido de los manifestantes prodemocráticos.

Las mafias locales cargaron contra los manifestantes prodemocráticos

Con todo, los manifestantes lograron paralizar múltiples partes de la ciudad, que vivió su primera huelga desde 1967, mediante el bloqueo de túneles y la ocupación de calles en zonas tan emblemáticas como el distrito del Almirantazgo.

La Policía advirtió en repetidas ocasiones a los manifestantes que cesasen su "actividad ilegal" y se retirasen de las calles, pero éstos respondieron desplegando pancartas contra el Gobierno y coreando eslóganes pidiendo libertad para Hong Kong.

Chris Yeung, veterano comentarista político y fundador de Hong Kong Citizen News, no recuerda haber visto altercados de este calibre: "Hong Kong está en su momento más caótico desde el traspaso de la soberanía y desde los disturbios (de izquierda) en 1967".

"No está claro cuántas personas han participado, pero el mensaje principal es que el descontento de la gente con el gobierno está aumentando drásticamente y que son cada vez más críticos con la conducta de la policía", comenta a Efe.

La huelga tuvo un amplio seguimiento en el sector del transporte y dejó líneas de metro y autobuses sin funcionamiento, así como retrasos y cancelaciones de vuelos en el centro financiero.

Sin embargo, el caos se apoderó por momentos de la metrópolis asiática, y aunque los medios locales llegaron a hablar de que la mitad de los hongkoneses se habían unido a la protesta, mucha gente no lo hizo, lo que provocó enfrentamientos entre los viajeros descontentos y los manifestantes.

"Me he unido a la huelga porque estoy muy descontento con la ineptitud del Gobierno y la brutalidad de la policía en los últimos dos meses. Han trastocado mi vida. Nada comparado con que un día se interrumpan los servicios de transporte", comenta a Efe Jon Mak, creativo de una agencia de publicidad.

Se vivieron intercambios de pareceres entre viajeros y manifestantes 

Entretanto, la jefa del ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, compareció el lunes en una tensa rueda de prensa en la que pronunció un discurso en el que no se desvió ni un ápice de anteriores intervenciones.

En ella, Lam alertó de la violencia que "ha ido aumentado", que "las protestas han ido más allá de la propuesta de ley de extradición" y que la magnitud de las manifestaciones "ha minado seriamente el imperio de la ley en Hong Kong, llevando a la ciudad al límite".

No en vano, el índice referencial de la Bolsa de Hong Kong, el Hang Seng, cayó hoy un estrepitoso 2,85 %.

La mandataria reiteró su intención de permanecer en el cargo y, frente a las críticas de brutalidad policial, pidió comprensión por la "tremenda presión" que las fuerzas del orden soportan desde hace nueve semanas, cuando comenzaron las protestas.

El objetivo de la huelga era presionar al Gobierno para que responda a una serie de demandas que, en origen, consistían solo en la retirada de una controvertida propuesta de ley de extradición que, según abogados y activistas, habría permitido a Pekín acceder a "fugitivos" refugiados en la cuidad.

Los manifestantes demandan la puesta en práctica del sufragio universal

Los manifestantes demandan incluyen la retirada completa del texto, hasta ahora "suspendido", una investigación en profundidad sobre la brutalidad policial a la hora de reprimir las protestas y la puesta en práctica del sufragio universal.

La huelga llega después de un intenso fin de semana de protestas, el noveno consecutivo, que ha dejado varias decenas de detenidos y varios enfrentamientos entre el sector más violento de los manifestantes y la policía.

Las manifestaciones han derivado hacia demandas más amplias sobre los mecanismos democráticos de la ciudad, cuya soberanía recuperó China en 1997 con el compromiso de mantener hasta 2047 las estructuras establecidas por los británicos, inimaginables en la China continental.

A pesar de que Lam dio por "muerto" el proyecto a principios de julio, los manifestantes no se han dado por satisfechos y aún siguen inundando las calles de la ciudad.

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