Berlusconi: ''No me gusta mi trabajo; lo hago por un sentido de sacrificio''

Al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, no le gusta su trabajo. Lo hace "por un sentido de sacrificio". Y es que al conservador le molestan especialmente los "muchos asuntos feos" que rodean su gestión al frente del país de la bota, sobre todo "la prensa de alcantarilla, sin vergüenza y enferma" que destapa los sucesivos escándalos a los que está vinculado.

"Es una vida dificíl ser el responsable de liderar un gobierno en un país como Italia", se ha lamentado Berlusconi, para el que la razón última de su permanencia en el poder es que es "el único líder capaz de mantener unido al centro-derecha".

En una entrevista en la CNN, Berlusconi ha negado que algunos de sus comentarios hayan sido meteduras de pata y ha defendido que siempre piensa antes de hablar. "Nunca he cometido ninguna metedura de pata, ni siquiera una. Cada metedura de pata ha sido inventada por los periódicos", ha añadido.

Entre esas supuestas meteduras de pata está haber llamado ''bronceado'' al presidente de EE.UU., Barack Obama, o dejar esperando a su lado a la canciller alemana, Ángela Merkel, mientras hablaba por teléfono.

"Cuento historias y cuento chistes, pero solo los que pueden ser escuchados por cualquiera. Siempre soy consciente de lo que estoy hablando", ha defendido el primer ministro italiano, que no ha perdido ocasión de culpar a los medios de su ruptura matrimonial con Verónica Lario.

Sin embargo, más allá de este episodio y de otros escándalos sobre sus fiestas en Villa Certosa y el fracaso de su ley de inmunidad para evitar ser juzgado por los tribunales, Berlusconi sigue siendo valorado por los italianos. ¿El secreto de su éxito? Él mismo lo revela: "Todo el mundo sabe que tengo un sentido de la amistad, soy leal, siempre digo lo que pienso. No tengo ningún pensamiento oculto, no escondo nada".

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