Los trabajadores del sector agroganadero se han convertido estos días en protagonistas de numerosas movilizaciones a lo largo y ancho de España para reclamar precios más justos para sus productos, más control de los artículos que llegan de fuera de la Unión Europea sin los estándares que se les exigen a ellos y, en definitiva, más apoyo para un sector que subsiste a duras penas mientras los intermediarios obtienen grandes beneficios a su costa. Son precisamente estos y otros problemas los que vienen mermando el número de explotaciones y de trabajadores del agro, una realidad que también se refleja en los concellos pontevedreses.
En la provincia, el número de afiliados a la Seguridad Social en la agricultura, la ganadería y los servicios relacionados con ambas es de unas 6.000 personas, de acuerdo con el dato de hace un año recogido en el Informe del Mercado de Trabajo del Sevicio Público de Empleo (SEPE). Solamente doce meses antes, esa cifra era un 1,02% mayor y lo más preocupante es que ese descenso no es nuevo, sino que viene produciéndose desde hace tiempo.
En esto tiene mucho que ver el hecho de que un agricultor cobre, por ejemplo, 20 céntimos por cada kilo de patatas que vende, mientras el consumidor final paga por esas mismas patatas alrededor de 1,20 euros en el supermecado, y las mismas diferencias se dan con todos los productos de la huerta y de la granja.
POR CUENTA PROPIA. Otra realidad del agro es que la inmensa mayoría de sus profesionales son trabajadores por cuenta propia. En la provincia de Pontevedra, esa es la situación del 68,5% de ellos, mientras que solo un 31,5% están contratados por cuenta ajena, siendo el agroganadero uno de los ámbitos en los que la proporción de autónomos sobre la de asalariados es más pronunciada.
La cantidad de explotaciones agropecuarias existentes en el territorio provincial se redujo un 8,4% en solo dos anualidades
También de acuerdo con el SEPE, el mismo sector acumulaba a principios de 2019 algo más de 1.314 demandantes de empleo en tierras pontevedresas, lo que supone un 1,96% sobre el total de las personas en busca de trabajo inscritas en la provincia.
SECTOR ENVEJECIDO. Además de ir perdiendo cotizantes, en los municipios de Pontevedra el campo está bastante envejecido, puesto que un 19,59% de sus profesionales afiliados a la Seguridad Social superan los 60 años. Precisamente, los problemas de subsistencia a los que se enfrentan los trabajadores del campo provocan que en muchas explotaciones no haya relevo generacional, pues los más jóvenes optan por buscar otros empleos menos sacrificados y no tan expuestos a unas condiciones tan dificultosas como la agricultura y la ganadería. Y, entre otros factores, es esta falta de relevo en los negocios agropecuarios la que ayuda a acentuar todavía más el despoblamiento de las zonas rurales, un problema que está en boca de todas las Administraciones Públicas pero al que, de momento, ninguna de ellas le ha hecho frente con medidas realmente efectivas.
El 68,5% de los profesionales del campo que hay dados de alta en los municipios de Pontevedra son autónomos
CIFRA DE EXPLOTACIONES. En el conjunto de concellos de la provincia hay alredor de 14.000 explotaciones agrícolas, lo que representa el 18,3% de todas las que existen en la comunidad autónoma. A Coruña y Lugo son las que se llevan la palma, al aglutinar el 33,7% y el 32,6%, respectivamente, del total gallego, según el último dato recogido (en 2016) por el Instituto Galego de Estatística.
De acuerdo con la misma fuente, todas las explotaciones de Pontevedra suman 100.663 hectáreas, pero la superficie agraria realmente utilizada apenas sobrepasaba las 66.000 ya en el año 2016. A día de hoy esa cifra es todavía menor.
Reparto por comarcas. Buena parte de las tierras de explotación agropecuaria se concentra en la comarca de Deza, que aglutina 27.973 hectáreas para el trabajo agrario, aunque también destacan O Salnés (que suma 7.123) y Tabeirós-Terra de Montes (5.683). La comarca de Pontevedra, por el contrario, solo cuenta con 3.132 hectáreas dedicadas al cultivo. Por productos, la que suma más superficie forrajera es Deza, mientras que O Baixo Miño destaca por la explotación de frutales (especialmente el kiwi) y O Salnés por la de cereales, tubérculos, productos hortícolas y viñedos.
Ganadería. La ganadería también juega un papel destacado: la provincia produce unas 60.000 toneladas de carne de porcino (el 81% del total gallego) y el 57% de la carne de conejo de Galicia, además del 30% de la carne de bovino, el 13,6% de la de ave, el 12% de la leche de vaca y el 25% de los huevos.