Cádiz-Fisterra pasando por Barro

El trotamundos andaluz muestra sus numerosas acreditaciones en un bar de A Portela. david freire
photo_camera El trotamundos andaluz muestra sus numerosas acreditaciones en un bar de A Portela. david freire

BARRO. Manuel Rey está acostumbrado a tratar con los peregrinos porque el establecimiento que regenta junto con su esposa, Noelia García, ‘Mesón Don Pulpo’, se encuentra A Portela (Barro), un lugar situado en el Camino de Santiago, pero el que entró esta semana en su establecimiento era especial.

José Antonio García Calvo es un gaditano que tiene previsto viajar hasta Muxía y Fisterra después de pasar por la capital de Galicia. En Italia lo conocen con el sobrenombre de ‘Il pellegrino’, y muestra un amplio dossier de artículos publicados por la prensa que lleva encima. Tiene 64 años, salió hace 35 días de Cádiz, y el recorrido que está a punto de concluir es de 1.300 kilómetros.

Bordeó Portugal por la costa y parte de lo que le robaron cuando se encontraba en el Sur, el saco de dormir y la linterna, se lo regalaron cuando recorría el Norte del país vecino, pero se quedó sin el teléfono móvil, por lo que tiene que recurir al prójimo para comunicarse con su familia.

Equipaje. Como se echó a la carretera con un equipaje ligero y sin ningún dinero, su alimentación depende de la generosidad de quienes se cruzan con él. «Hoy me dieron cinco euros y podré comer», comenta. Es su única preocupación porque el cuerpo le responde bien, es dueño de su tiempo, camina cuando le apetece y su media diaria oscila entre 40 y 45 kilómetros.

Durmió en las bases de los bomberos en Portugal y lo hace en la tienda de campaña desde que entró en Galicia porque no puede pagar un albergue, comenta.

Los 97.000 kilómetros que recorrió en los últimos años le bastarían haber dado dos veces la vuelta a la Tierra. Visitó Palestina, Israel, América del Norte y del Sur, Rusia, China y el Tíbet. En una entrevista afirmó haber cruzado Sibeira en un trineo tirado por perros que lo llevó hasta Alaska, a través del Estrecho de Bering.

Afirma que fue recibido por Karol Woytila y el Dalai Lama, y que cuando supere el último reto, llegar hasta el cabo donde estuvo situado el fin del mundo hasta que Colón llegó a América, tiene pensado retirarse para compartir su tiempo con sus dos nietos.

Entonces, escribirá un libro. Su título es toda una declaración de intenciones: ’Los tres enemigos del peregrino: los curas, los perros (de dos patas) y los pies’.

Todo comenzó el día 1 de enero de 1999 en Noruega

La vida de peregrino de José Antonio García comenzó tras un accidente que pudo haber sido el fin de sus días. Navegaba a bordo de un barco dedicado a la pesca de bacalao en Noruega, el ‘Revolución’, de bandera panameña, cuando la embarcación sufrió un accidente. El suceso se produjo el 1 de enero de 1999 en el Cabo Norte, y de sus 17 tripulantes solo se salvó él.

Siempre que fue preguntado comentó que resitió como pudo y fue entonces cuando prometió a la Virgen del Carmen que, si se salvaba, recorrería todos los caminos del mundo visitando santuarios de todas las religiones. Y así lo hizo, empleando los 36.000 euros que tenía y eran toda su fortuna.

Pero tuvo que esperar un largo tiempo para cumplir, porque primero permaneció durante ocho meses en una cámara hiperbárica, a los que siguieron dos años en una silla de ruedas y otros dos caminando con muletas. «Los médicos me dijeron que no volvería a andar nunca más», recuerda mientras sonríe.

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