Opinión

Caminante, no hay camino...

Yoya Blanco. GONZALO GARCÍA
photo_camera Yoya Blanco. GONZALO GARCÍA

CON EL permiso de don Antonio Machado, me voy a atrever a decir que, en el día que vivimos, su famoso poema bien podría ser de otro modo: "Caminante, no hay camino, se hace camino en la campaña electoral". Y es que hasta mí han llegado rumores de que la campaña y las pateadas que los miembros de los partidos se están dando están causando estragos. Amigos, "queréis la fama, pero la fama cuesta, y aquí vais a empezar a pagarlo", como decía Debbie Allen en los años 80.

El Partido Socialista, que se está volcando en su apuesta por entrar en contacto con los vecinos directamente, es el que más lo está notando. La más afectada, hasta el momento y por lo que me dicen, es el número dos de la candidatura, la abogada Yoya Blanco, que parece que se torció un pie en Marcón y arrastra molestias desde entonces sin tiempo ni para ir al médico. Yoya, una cosa te voy a decir: la salud es lo más importante. Probablemente solo sea un esguince. ¡Pero míratelo ya, por favor! Fíjate que soy capaz de parar de escribir, buscarte y llevarte por una oreja al Hospital de Montecelo.

También están sufriendo secuelas de sus pateadas otros socialistas como Ada Otero y el propio número uno, Tino Fernández, que han hecho del calzado cómodo su mejor aliado. ¡Ánimo! ¡Que ya no queda nada!

Y si a los socialistas se les va a quedar un tipín de tanto recorrer Pontevedra y sus parroquias, en el Partido Popular parece que está pasando todo lo contrario. Hasta mis oídos ha llegado un runrún que asegura que Rafa Domínguez... ¡está engordando! ¿Será posible? Esto es culpa de la Rafaneta, se lo digo yo, que probé sus cruasáns y estaban de rechupete. Trabajar con esas tentaciones al lado es lo peor, Rafa. No sabes cómo te entiendo. Este mes de mayo en la redacción del periódico si no está uno de cumpleaños, está otro. Si no hay bombones encima de la mesa, hay tarta. ¡Un infierno! Este martes, sin ir más lejos, apareció Santy Mosteiro con una bandeja de filloas. ¿Quién se resiste a eso? ¡Quién! Ya saben, si se lo encuentran por la calle, felicítenle, que en esta ocasión le toca un número redondo. ¡Enhorabuena, compañero! ¡Y que cumplas muchos más!

Comentarios