Campillo: "Siempre quise volver aquí"

En su vuelta al Pontevedra, Alberto Campillo destaca el buen ambiente que reina en el vestuario granate y lo poco que ha cambiado todo desde que él se marchó en 2016

Alberto Campillo durante un entrenamiento de la pretemporada. DAVID FREIRE
photo_camera Alberto Campillo durante un entrenamiento de la pretemporada. DAVID FREIRE

Un desencuentro con la directiva provocó la salida de Alberto Campillo (Vigo, 1988) en 2016. Se marchó al Coruxo. Allí confiaron en él y no esconde que se sintió querido. Pero en el fondo, siempre quiso volver al Pontevedra. Por la envergadura del club, sí, pero también por los buenos momentos vividos en él y para quitarse la espina que se le quedó clavada por lo incómoda que fue la forma en la que tuvo que marcharse.

Su deseo se ha cumplido. Campillo ya no está en un equipo vigués pero, aun así, no puede ocultar que para él estar en el conjunto granate es como volver a casa. "Me encanta ver que casi nada ha cambiado. El que hay aquí es un gran grupo y todavía conservo muchos amigos. Que sea así me parece fundamental para que las cosas salgan bien. Me recuerda mucho al primer año que pasé aquí", relata Alberto. Su emoción por vestir de nuevo la camiseta es evidente. Al fin y al cabo, como él dice, hay mucha gente en el Pontevedra a la que ya conocía: "Coincidí aquí con Edu, Kevin, Mouriño y Álex Fernández. Y además también jugué mucho tiempo con Churre y con Pedro Vázquez". Con ambos coincidió en la cantera del Celta y, además, también pasó un año con Pedro en el Coruxo.

"Yo mismo fui quien llamó al club para proponerles mi regreso. Siempre tuve una espinita que quitarme"

 

Hace dos años, Campillo recibió una oferta de renovación del Pontevedra. No estaba del todo conforme, así que presentó una contraoferta. Esta no fue aceptada, así que el asunto quedó en el aire. Unos días después, él decidió aceptar la propuesta inicial del Pontevedra, pero se le comunicó que ya era tarde. Fue una manera muy poco agradable de finalizar su etapa en el equipo pontevedrés. Por eso, no oculta que él siempre quiso desquitarse: "Durante estos dos años, cada vez que me encontraba con la presidenta y con Roberto, los tres coincidíamos en que ni ellos ni yo habíamos estado bien en aquel momento". Por eso, cuando se enteró de que al Pontevedra podía interesarle su vuelta, no dudó en descolgar el teléfono. "Yo mismo fui quien llamó al club. Me enteré por un rumor de que al equipo podía interesarle mi regreso, así que me puse en contacto con ellos. No hubo ni representantes ni intermediarios de ningún tipo. Siempre tuve ganas de volver aquí, por los compañeros y por lo querido que me sentí por parte de la afición", confiesa el central.

No hubo complicaciones ni problemas. Todo fue rodado desde el principio, como dos antiguos novios que se reencuentran después de un tiempo y están deseando volver a estar juntos. Tanto Campillo como el club tenían las cosas más claras que antes, así que ambas partes acogieron la opción con los brazos abiertos. Campillo no cree en fijar objetivos antes de tiempo, porque al fin y al cabo "es la tabla la que pone a cada uno en su sitio". Pero una cosa sí tiene clara: "La clave para que todo vaya bien es que prevalezca la unión entre todas las partes implicadas: cuerpo técnico, afición, directiva y jugadores".

"Me gustaría tener más continuidad"

Campillo nunca fue un jugador más para el Coruxo. Llegó allí como un refuerzo de mucho nivel y actuó en consecuencia. Durante la primera temporada que estuvo allí jugó nada menos que 34 partidos, todos ellos como titular. Durante la segunda, sin embargo, tuvo menos suerte: disputó tan solo 24 encuentros, 20 como titular.

Sobre esto, el central cree que la suerte no le sonrió: "La segunda temporada que estuve en Coruxo no fue del todo buena ni en lo colectivo ni en lo personal. Suelo jugar 30 partidos o más casi siempre, pero tuve un esguince del ligamento lateral interno y luego un pinzamiento en la espalda. Esas dos circunstancias me dejaron un tiempo en el dique seco. Y si a eso le sumas las sanciones te encuentras rápidamente con que te has perdido un montón de partidos".

"En el Coruxo me acogieron de maravilla. Es un club fantástico, humilde y muy trabajador"

 

"Ahora quiero volver a tener continuidad en el Pontevedra. En este tiempo creo que he seguido madurando. Mentalmente sigo siendo el mismo y con los compañeros también. Ahora estoy bien y mi intención es que no vuelva a pasarme lo de la temporada anterior", analiza el central, convencido de sus posibilidades de hacerse con un puesto fijo en el once de Luismi".

Así, Campillo cierra una etapa de dos años en el Coruxo, un equipo para el que solo tiene buenas palabras: "Allí me acogieron de maravilla. Es un club fantástico, humilde y muy trabajador".

"Me siento muy cómodo con la forma en la que Luismi quiere que trabaje"

Alberto Campillo confiesa que no ha encontrado muy cambiado al Pontevedra en su vuelta. Sin embargo, sí hay algo distinto y evidente: un entrenador nuevo. El central confía en Luismi y en su cuerpo técnico para que las cosas funcionen y el equipo juegue bien.

Las preferencias del que ya es su nuevo técnico pasan por querer tratar bien la pelota y jugar de forma combinativa. Y eso es lo que, según Campillo, se ha buscado en las primeras sesiones de trabajo: "En estos primeros entrenamientos Luismi quiere ver cómo llevamos a cabo la salida de balón desde atrás. Él quiere que no nos desprendamos demasiado de la pelota, así que creo que trabajar en esas cosas es muy importante". "También está claro que hay que trabajar otras variantes. Porque a veces los partidos se atascan, el guion cambia y lo que se tenía preestablecido ya no sirve. Él también nos lo dice y nosotros estamos muy de acuerdo", analiza el central vigués, quien asegura sentirse "muy cómodo" con la forma de trabajar del técnico vigués.

"Lo que hay que hacer es confiar en el trabajo que se hace día a día. Los jugadores son perfectamente válidos y si se trabaja, todo acaba saliendo"

 

Para llevar a cabo esa idea de juego hacen falta jugadores con unas características específicas. Y Alberto Campillo creee que la plantilla está preparada para lo que sea: "Lo que hay que hacer es confiar en el trabajo que se hace día a día. Los jugadores son perfectamente válidos y si se trabaja, todo acaba saliendo".

De este modo, tanto Campillo como sus nuevos compañeros vuelven al trabajo, algo que nunca es del todo fácil, más cuando las vacaciones han sido largas: "A veces cuesta volver y, de hecho, muchas veces uno se encuentra con que en los primeros entrenamientos no le sale nada. Pero poco a poco se va cogiendo la forma y las cosas no tardan en ir más rodadas. Yo ahora mismo me encuentro bien y con muchas ganas".

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