La cara y escasa oferta de alquiler impide retener población en Marín

Los precios son equiparables a los de Pontevedra, habiendo, a lo sumo, 100 euros de diferencia en un piso similar ▶Las inmobiliarias tienen listas de espera de personas interesadas

En el centro de la villa es donde se concentra la vivienda nueva. C. NEIRA - Marín
photo_camera En el centro de la villa es donde se concentra la vivienda nueva. C. NEIRA

Acceder al mercado inmobiliario suele ser más fácil en concellos de un tamaño más reducido que el de las grandes ciudades gallegas, puesto que los precios son menos difíciles de asumir para aquellas personas cuyos sueldos les impiden permitirse un gran gasto en su alquiler o en su hipoteca.

Debido a esa tendencia, es habitual pensar que Marín es una villa dormitorio de Pontevedra, donde se refugian principalmente familias jóvenes que encuentran en la capital de O Morrazo una alternativa habitacional más barata que en la Boa Vila. Pues nada más lejos de la realidad. El precio del alquiler en la villa morracense está prácticamente equiparado al de Pontevedra y su oferta es tan escasa que las inmobiliarias incluso tienen lista de espera de personas interesadas en residir en Marín pero para las que no hay pisos disponibles.

Esta premisa es fácilmente comprobable. Si uno pasea por las calles más céntricas del municipio con la mirada en alto, apenas se encuentra con ventanas de viviendas que muestren el cartel de Se Alquila. En algunas, directamente no hay ninguno. "Hay mucha demanda y muy poca oferta", explican los responsables de Imnova, que reconocen haber tenido que decir a muchos clientes que directamente no tienen nada que ofrecer: "Los pocos pisos que hay en alquiler están ya cogidos y no hay nuevas viviendas que se hayan construido".

Además de la falta de desarrollo urbanístico, uno de los lastres que arrastra la villa debido al enorme retraso de la aprobación de su PXOM, tampoco hay parque inmobiliario que quedase vacío o parado durante la crisis y que ahora pueda entrar al tablero de juego de nuevo. Esa desventaja provoca que muchas de las personas que tratan de establecer su residencia en un núcleo cercano a Pontevedra se decidan por Poio antes que por Marín, que sí tiene viviendas en oferta y cuyos precios son mucho más razonables.

400 EUROS. Si preguntamos a cuánto se oferta en alquiler un apartamento de tres habitaciones, un baño, que sea nuevo o semi nuevo, la horquilla de precios que manejan tanto las inmobiliarias como los portales de Internet especializados es de entre 420 y 450 euros al mes. Es difícil encontrar una opción de estas características que esté por debajo de los 400 euros. En caso de que tenga menos habitaciones pueden encontrarse de 350 euros, pero normalmente suelen estar en peores condiciones. "En Pontevedra, un piso de dos habitaciones, nuevo y con garaje puedes encontrarlo por 420 euros".

Un experto de la Inmobiliaria Pedrosa, ubicada en plena Praza da Peregrina, explica, a pesar de todo, que sí suele haber un mínimo de diferencia entre los precios de la Boa Vila y los de Marín, que él cifra en 100 euros, "que a medida que aumentas el precio es proporcional". Donde más se nota ese escalón es "en los mejores pisos", aquellos que pueden suponer un desembolso mensual de 900 euros en Pontevedra, y que en Marín pueden encontrarse por entre 650 y 700 euros.

PÉRDIDA DE POBLACIÓN. Una de las consecuencias más preocupantes de este panorama inmobiliario tiene que ver con la dificultad que supone retener a la población en la villa, que está sufriendo una pérdida de habitantes considerable, habiendo bajado por primera vez de los 25.000 el año pasado.

De ahí que muchas voces reclamen que se reconduzca la relación con Pontevedra, para impulsar otros atractivos más allá de los que podría ofrecer una ciudad dormitorio.

"Si decidí vivir aquí no fue precisamente por el precio"

Cristina llegó a Marín en diciembre del 2016 y estuvo viviendo un tiempo en un estudio en Estribela por el que pagaba 280 euros al mes, "pero después traje a mi hijo y tuve que buscar algo más grande". Ahí fue donde descubrió que "los alquileres aquí son muy caros".

Reconoce que lo que tiene ahora, "un piso con tres habitaciones, salón, dos baños y terraza" es "una excepción", ya que paga 350 euros por él. "Vi alguno en Seixo que no bajaba de los 400 y otro en Ezequiel Massoni que también estaba en 350 pero que tenía las ventanas de papel", relata.

Sobre si se planteó vivir en Pontevedra, responde afirmativamente, pero reconoce que no le compensaba, pero no por ahorrar, "sino por evitar los desplazamientos y por tener al niño escolarizado aquí".

EVITAR EL COCHE. Precisamente esa idea de no querer coger el coche todos los días fue lo que influyó en Nacho a la hora de asentarse en Marín.

En su caso, encontró rápido piso gracias a la mediación de otros compañeros de trabajo, pero fue consciente de la escasa oferta que hay. "Cuando pregunté en las inmobiliarias apenas tenían nada, y lo que tenían era muy caro", dice.

En cuanto a los precios, considera que no están nada mal, pero porque su historia vital le ha llevado a vivir en ACoruña y Lugo. "He visto pisos por 350 euros que estaban francamente bien", asegura.

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