Cerca de 15.000 gallegos continúan trabajando pese a superar los 65 años

Prácticamente la mitad son autónomos, que optan por seguir en activo con el fin de mejorar su prestación futura
Un trabajador mayor en una finca. ARCHIVO
photo_camera Un trabajador mayor en una finca. ARCHIVO

Aunque acercar la edad real de jubilación, que ronda los 64 años, a la referencia legal —que este año se sitúa en 65 años y ocho meses para quienes cotizaron menos de 36 años y 9 meses— es uno de los deberes que de forma recurrente imponen al Gobierno instituciones como el Banco de España, la Comisión Europea o el FMI, lo cierto es que el número de trabajadores que deciden retrasar su salida del mercado laboral va en aumento. Ya sea con el fin de mejorar su prestación futura, por falta de relevo generacional o simplemente por la vocación de seguir en activo, un total de 14.900 gallegos que superan los 65 años continúan ocupados. Seis de cada diez son hombres y 11.100 trabajan a jornada completa

Así lo refleja la encuesta de población activa del segundo trimestre de 2019, según la cual en un año el número se ha incrementado un 3,5%. Si bien es cierto que desde 2013 la edad mínima exigida para cobrar el 100% de la paga se ha venido elevando en un proceso que culminará cuando se alcancen los 67 en 2027 —entonces solo se podrán retirar con 65 quienes hayan trabajado más de 38 años y seis meses—, lo cierto es que los datos reflejan que desde el inicio de la década el número de trabajadores sénior se ha disparado un 26%.

Desde el inicio de la década, el número de trabajadores sénior se ha disparado un 26%

En el conjunto del Estado son 211.800, una cifra sin parangón en la serie histórica, que arranca en 2002. Y llama la atención el hecho de que 55.500 continúan acudiendo al tajo pese a superar los 70 años. Los datos del Instituto Nacional de Estadística revelan que el 85% de quienes optan por no desconectar pertenecen a la empresa privada, un sector que desde inicios de la década ha visto crecer en un 50% estos casos, en tanto que en las administraciones el número de empleados sénior se ha reducido más de un 8%, hasta los 30.600 que se contaban en el segundo trimestre.

No obstante, en algunas áreas, como la sanidad, la jubilación flexible va ganando terreno. Así, con el fin de contribuir a paliar el déficit de profesionales en la Atención Primaria, la Xunta amplió en enero hasta los 70 años la edad hasta la cual los médicos pueden seguir desarrollando su labor. Según el Sergas, alrededor de la mitad de los galenos que llegan a los 65 se están acogiendo a esta vía. 

AUTÓNOMOS. Con la reforma de las pensiones en punto muerto debido a la falta de estabilidad política, los datos indican que, en Galicia 7.400 de los ocupados de mayor edad, esto es, el 49,7% de los que superan los 65, son autónomos, un colectivo que suele llegar a la jubilación con prestaciones inferiores a las de los asalariados debido a que gran parte de los profesionales por cuenta propia (el 76% en la comunidad) cotiza por la base mínima. 

Mientras en países como Alemania o Estados Unidos es habitual que los jubilados complementen sus pagas con un empleo por horas, en España existen fórmulas como la jubilación parcial. Por esta vía un asalariado que haya alcanzado la edad ordinaria de retiro puede compatibilizar la prestación con un empleo que suponga una reducción de su jornada entre un 25 y un 50%. También existe la modalidad con contrato relevo, una opción a disposición de los mayores de 61 cuyos requisitos de acceso se endurecieron en enero, salvo para la industria. 
 

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