Pontevedra votó 'no' al preacuerdo con la Xunta

La votación se desarrolló en un clima de máxima tensión

AVANCE. El no a la última oferta de la Xunta se impuso de forma abrumadora en Pontevedra, tras el recuento realizado este viernes por la tarde tras cerrarse a las 17.00 horas la votación a la que estaban llamados los funcionarios en huelga desde el 7 de febrero. El escrutinio final dejó 184 votos por el no y 50 a favor de la oferta del Gobierno gallego.

Tras imponerse el no, los partidarios de esta postura pidieron la dimisión de los representantes d elos cuatro sindicatos que respaldaban la oferta del Gobierno gallego.

La votación entre el funcionariado de Xustiza de Pontevedra para decidir si continuaba la huelga o se aceptaba el preacuerdo con la Xunta se desarrolló en un clima de máxima tensión. El goteo de la cita con las urnas se efectúa entre gritos de traidores y vendidos a quienes apostaban por romper el paro y aplausos y vítores a los que, portando la camisa azul característica de esta protesta, defendían mantener la beligerancia.

Los representantes de uno y otro bando reconocen el "mal rollo" que esta decisión sembrara entre los trabajadores y auguran que "el cisma será irreparable y muy difícil de sobrellevar en la jornada laboral diaria".

Además de romperse la unidad sindical, otro punto de confrontación entre sindicatos es la recuperación de la ingente actividad judicial que se ha visto afectada por la huelga. El preacuerdo contempla que las peonadas vespertinas se desarrollen incluyendo a todos los trabajadores, mientras que los defensores de mantener el paro consideran que de esta forma se estará beneficiando a aquellos trabajadores que no secundaron la protesta y, por encima, percibirán una paga extra.

Los sindicatos críticos con el preacuerdo aseguraban que "isto é un pucherazo en toda regla". Por su parte, las centrales que llegaron a un entendimiento con la Xunta aclaraban que lo hicieron únicamente en defensa de los intereses de la mayoría de los trabajadores, que les habían trasladado su hastío por una situación que les ha provocado retenciones de entre 2.000 y 2.500 euros. "Nos pedían llegar a un acuerdo porque la situación ya era insostenible", aseguran.

Ahora, tras fracasar su postura, hubo peticiones de dimisión para los sindicalistas que apoyaron la propuesta.

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