Hay momentos en los que las confusiones más inofensivas pueden resultar muy dolorosas o llevar a situaciones verdaderamente incómodas. Esto es lo que sucedió este fin de semana en el municipio de Fornelos de Montes, en donde una familia vivió en sus carnes un episodio digno de ser olvidado, precisamente, con motivo de la peor de las noticias: una muerte.
En este municipio se iniciaron el viernes los preparativos para velar a una vecina de la parroquia de Estacas que había fallecido en el Hospital Álvaro Cunqueiro, cuando, al comenzar las tareas organizativas previas al velatorio, precisamente una familiar se dio cuenta de que el cuerpo que había llegado en el interior del ataúd no era el de su pariente, sino el de otra persona.
Al parecer, alguien en el Álvaro Cunqueiro se había equivocado a la hora de asignar los féretros y el error no se pudo atajar hasta que una de los parientes se dio cuenta del error, con el consecuente y comprensible malestar de los familiares y allegados, que estaban ya mentalizados para iniciar el velatorio en un breve plazo.
La situación se pudo deber a un error a la hora de asignar los féretros a los transportes en el hospital Álvaro Cunqueiro, en Vigo
De inmediato, el personal responsable del servicio funerario se movilizó para solucionar la confusión y, una vez aclarado el error, el mismo transporte fúnebre que había llegado a Fornelos de Montes, partió en dirección Vigo para deshacer el entuerto en el mínimo tiempo posible.
FUNERAL. Al final, según explicaron testimonios vecinales, el malentendido no obligó a suspender ni el velatorio, ni a aplazar el funeral, que se desarrolló ayer por la tarde con gran concurrencia en uno de los pueblos de la citada parroquia de Estacas. Eso sí, la sesión de duelo se tuvo que desarrollar a partir del momento en que se completó el nuevo traslado y preparación, con lo que sufrió un retraso de algunas horas.
Fuentes vecinales señalaron que en el concello de Fornelos Montes y en los de su entorno no se recordaba ninguna situación parecida a la vivida este fin de semana y alabaron la comprensión demostrada por la familia afectada que, según apuntaron, tras las primeras horas en las que su dolor por su irreparable pérdida se vio acrecentado por esta confusión, supieron encajar con resignación una situación que es digna de figurar muy alto en la lista de las anécdotas menos deseables.
