Opinión

Cortar de raíz

LA NECESIDAD de aplicar sanciones explícitas, tajantes, a los dueños de negocios de hostelería u ocio nocturno que vulneran la prevención epidémica ofrece pocas dudas, empezando por la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería, cuyo presidente pide que se cancelen las licencias de actividad, porque "por culpa de unos cuantos insolidarios, los demás tienen que permanecer cerrados o con restricciones muy importantes a su actividad", con independencia, claro, de las sanciones estipuladas.

En vista de los excesos de aforo y saraos nocturnos dentro de algunos de estos locales, sin ninguna medida de precaución, sin mascarillas ni distancias, y a sabiendas de las prohibiciones decretadas, no parece que haya otra alternativa que la de clausurar tales negocios, por exagerado que pudiera parecer para la estabilidad de las empresas infractoras, pero su temerario desenfreno no merece ningún otro miramiento. Se dirá que para eso están los puniciones de cartera, pero puede darse el caso de que a algunos de las transgresores les resulte más viable pagar la multa que acatar la normativa, en tanto que el cierre, cortando de raíz, les obligaría a tomárselo muy en serio.

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