De piso turístico a hogar

Un policía local, una sanitaria, un militar, un trabajador de Salvamento Marítimo y conductores de autobús se hospedan en seis viviendas turísticas del barrio de O Gorgullón
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photo_camera Fachada de Casas á Beira. ARCHIVO

La crisis del coronavirus y el decreto de confinamiento han convertido a algunos alojamientos turísticos en hogares temporales para trabajadores de servicios esenciales. Es el caso de Casas á Beira, un edificio situada en la Rúa do Gorgullón que se inauguró el pasado mes de septiembre con el objetivo de atraer visitantes que quisieran conocer Pontevedra durante al menos dos días. En sus seis viviendas, distribuidas en tres plantas, se hospedan ahora un policía local de Cangas, una sanitaria de Pontevedra, un trabajador de Salvamento Marítimo y conductores de autobús.

"Hay gente que está indefinida y otra que no, como es el caso de los conductores, que van por noche", asegura el propietario de este negocio, Antonio Garrido, que señala que el alquiler de sus apartamentos se ha reducido desde la activación del estado de alerta sanitaria. "Los precios no tienen nada que ver. Los hemos bajado. Se asemejan más a los de un piso normal", añade.

Antonio Garrido: "Los precios no tienen nada que ver. Los hemos bajado. Se asemejan más a los de un piso normal"

Su alojamiento en O Gorgullón funciona a base de códigos. "No hay llaves, por lo tanto se reducen los riesgos", explica. "Además, tenemos una empresa de limpieza que se encarga de desinfectar y mantener la higiene diaria en las zonas comunes", indica.

En una de las seis viviendas de este edificio, construido el año pasado en zona de paso obligado del Camiño Portugués a Santiago, reside Ignacio Pérez Ribao, un joven de 36 años al que la crisis de la Covid-19 lo pilló acabando su formación en la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp) tras haber aprobado la oposición para ser policía local.

La incorporación al trabajo se precipitó por la situación de alerta. El destino que había escogido Ignacio era el concello de Cangas, en el que se estrenó hace una semana. "Empezamos algo nerviosos, porque teníamos que estar aún en la academia. Pero estamos aprendiendo mucho de los compañeros", explica.

Su jornada en el municipio morracense se centra en realizar servicios humanitarios, sobre todo "para ayudar a personas mayores", y en patrullar para que los vecinos cumplan con las obligaciones del confinamiento.

"No es lo mismo que estar en la casa de la aldea, en Castadón, pero el apartamento está muy bien", dice Ignacio Pérez, que lleva una semana como agente municipal en Cangas

Ignacio encontró el alojamiento de O Gorgullón después de una búsqueda por varias localidades. "Vi que había varios establecimientos abiertos y empecé a llamar. En Vigo apenas quedaban y los que había disponibles eran hoteles. Al final me decanté por este porque tenía cocina. También porque estaba en Pontevedra, una ciudad que conozco porque aquí estudié la carrera. Aunque ahora no puede salir de la habitación", lamenta.

Este funcionario, que antes vivía en una aldea de apenas 70 habitantes del ayuntamiento ourensano de Pereiro de Aguiar, pasa su tiempo libre leyendo, viendo series y practicando otras aficiones. "No es lo mismo que estar en la casa de la aldea, en Castadón, porque allí hay huerta y este es un piso de 20 metros cuadrados. Pero el apartamento está muy bien", asegura este joven policía local, que mantiene contacto con familiares y amigos a través del móvil.

Dulcinea Aguín: "Ofrecemos gratis 30 vivendas turísticas a persoal sanitario en toda Galicia e xa están todas ocupadas"

OTROS ALOJAMIENTOS. La crisis del coronavirus también ha hecho aflorar algunas iniciativas solidarias en el sector turístico. La Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia (Aviturga) fue pionera al poner a disposición alojamientos gratuitos para los sanitarios.

"Ofrecemos de forma gratuita 30 vivendas a persoal sanitario en toda Galicia e xa están todas ocupadas", afirma la presidenta de Aviturga, Dulcinea Aguín, que especifica que cuatro de estos pisos se encuentran en la ciudad de Pontevedra. El resto está repartido entre Santiago, Vigo, Ferrol, A Coruña, Ourense, Sanxenxo, Nigrán y Marín.

"A partires da nosa iniciativa houbo outros colectivos que se foron sumando", añade Aguín, que indica que la mayor parte de los alojamientos están cerca de hospitales. "Este é o noso grao da area nesta crise", destaca.

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