La confesión del Chicle: "La embridé, la llevé hasta el pozo y ahí arrojé su cuerpo"

Abuín, encarcelado por la muerte de Diana Quer, ofreció varias versiones sobre los hechos, que a continuación reproducimos

José Enrique Abuín Gey, El Chicle. FACEBOOK
photo_camera José Enrique Abuín Gey, El Chicle. FACEBOOK

La primera versión ante la Guardia Civil de Enrique Abuín Gey, alias El Chicle, sobre la muerte de Diana Quer se produjo durante el interrogatorio al que fue sometido en el cuartel coruñés de Lonzas. 

Allí, el vecino de Rianxo ahora encarcelado preventivamente por la muerte de la joven madrileña, contó que la había atropellado sin querer en el supermercado de A Pobra y que después se deshizo del cadáver en el puerto de Taragoña. 

Las localizaciones del teléfono de Diana Quer así como sus contradicciones descartaban por completo esta versión de los hechos, que reproducimos a continuación y que desveló Espejo Público:


"Salí a robar gasoil. Estaba por el supermercado Eroski de A Pobra, cuando di marcha atrás rápido y fuerte. Entonces noté que golpeaba algo fuerte. Me bajé del coche y me encontré a una chica debajo. La toqué y estaba muerta. Se había dado con la cabeza en el bordillo y no respondía. Me asusté porque estoy en libertad condicional por un tema de droga y me habrían metido a la cárcel.

La puse en el asiento del copiloto y la llevé al polígono de A Pobra, cerca de la Autovía do Barbanza. Volví a casa pero no me quedé tranquilo, así que regresé a por el cuerpo, lo subí al coche y lo trasladé al puerto de Taragoña, donde lo tiré".

 


Esta es la única versión que ahora reconoce su abogado, aunque después habría realizado otra de manera informal en la que habría admitido que tiró al pozo a Diana Quer. Es esta, según desveló también Espejo Público:


"Estaba en el puente de A Pobra, al final del paseo marítimo. Lo crucé, observé las caravanas de los feriantes y pensé en robarles el gasoil. Vi a Diana allí y sin querer le di con el coche, pero no le hice nada. Solo que del golpe se le cayó el teléfono al suelo y se le rompió. Me bajé del coche para ver qué había sucedido y se puso a chillarme como una loca diciendo que me iba a denunciar, que tenía que ir con cuidado. Le dije que subiera al coche pero se negaba. Intenté calmarla, pero como no lo conseguía cogí unas bridas y le até las manos. La senté en el lugar del copiloto.

Para que no se moviera mucho la embridé sujetándola por el cuello al reposacabezas del asiento. Y salí disparado de allí con el coche. En el camino se resistía y chillaba mucho. Quizá tiré de alguna brida. La cuestión es que se calló de camino a Rianxo. Me asusté. La llevé hasta un pozo de la nave abandonada. Yo trabajé en el almacén de muebles antes de que cerrasen y conocía el pozo. Tiene unos diez metros de profundidad. Antes había una fábrica de gaseosas y el pozo era un manantial que ya había visto. Allí arrojé su cuerpo".

Abuín fue enviado este lunes a la prisión de Teixeiro, donde estará incomunicado y sin fianza. La autopsia determinará ahora cómo fue su muerte. Hasta ahora, el TSXG informó de que en una primera inspección no se hallaron signos de violencia, pero sí de criminalidad.