El jurado declara culpable de asesinato al acusado del crimen de Ponte Caldelas

Señala las agravantes de alevosía y ensañamiento, así como las atenuantes de confesión y dilaciones indebidas
El acusado, Marcos Vidal, durante la segunda sesión de la vista oral que se sigue contra él en la Audiencia. GONZALO GARCÍA
photo_camera El acusado, Marcos Vidal, durante la segunda sesión de la vista oral en la Audiencia. GONZALO GARCÍA

El jurado popular ha declarado por unanimidad culpable de un delito de asesinato con el agravante de alevosía y ensañamiento a Marcos Vidal González, acusado de matar a puñaladas en Ponte Caldelas al marido de una mujer con la que había mantenido una relación sentimental. Ahora, la magistrada de la sección cuarta de la Audiencia de Pontevedra se encargará de fijar la condena. 

Los miembros del jurado han juzgado, asimismo, que en la gradación de la pena, que la Fiscalía ha insistido en fijar en 20 años de prisión, por 23 que piden las acusaciones particulares, se tengan en cuenta los atenuantes de confesión y dilaciones indebidas, pero descartan que hubiera ofuscación. Consideran probado que el acusado tiró a la víctima al suelo, la inmovilizó con la rodilla y la atacó con una navaja con el propósito de acabar con su vida, y que le propinó más puñaladas de las necesarias para causarle más dolor.

El abogado de la defensa, que solicita que el acusado sea condenado a diez años y un día, ha pedido que se deduzca testimonio a la esposa de la víctima por un delito de falso testimonio. La familia de la víctima, por su parte, pide lo mismo al considerar que mintió en el juicio, e instó que reabra la investigación que en su día cerró el juzgado de instrucción por su posible relación con el crimen.

El crimen se produjo el 28 de noviembre de 2015, cuando el acusado, que un año antes había tenido una breve relación con la mujer durante un período de separación de la pareja, acudió a Ponte Caldelas para comprobar si el matrimonio había vuelto a vivir junto. Según relata el escrito de acusación, Marcos Vidal accedió al edificio aprovechando que salía uno de los vecinos y se encontró con la víctima que, en ese momento, abandonaba su domicilio y le preguntó si vivía de nuevo con su esposa.

El acusado obligó a la víctima a entrar de nuevo en la vivienda y después de comprobar que efectivamente la pareja había retomado su relación entabló con él un forcejeo y lo tiró al suelo en donde, tras sujetarlo por el hombro, le asestó hasta quince puñaladas con una navaja.