Los dedos también pueden ser una vía de contagio del virus del papiloma humano

Una experta señala que las uñas y las yemas constituyen un "reservorio" del VPH a partir del que se puede producir la transmisión 
Una chica recibe la vacuna contra el virus del papiloma humano. AEP
photo_camera Una chica recibe la vacuna contra el virus del papiloma humano. AEP

Las uñas y las yemas de los dedos pueden ser una vía de contagio del virus de papiloma humano (VPH), que es la principal causa de aparición del cáncer de cuello de útero. Lo apunta la especialista en Ginecología y Obstetricia del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid Natalia Gennaro Della Rossa, quien recuerda que la principal vía de contagio es la sexual, aunque "no es necesario" que haya una relación sexual con penetración para que se produzca la transmisión. Y es, según señala, contacto directo piel con piel de la zona genital es suficiente. 

"Otra vía descubierta recientemente de transmisión del VPH sería la genodigital, de forma que las uñas y las yemas de los dedos de la mano constituyen un reservorio del virus que provocaría contagio por esta vía", explica, para señala que la mayoría de las infecciones por VPH desaparecerán espontáneamente.

Ahora bien, si provoca una lesión mayor a nivel de las células cervicales, generalmente se realiza una pequeña cirugía ambulatoria para extraer la lesión. Hasta 11 genotipos del VPH pueden, si la infección persiste durante varios años, llegar a desarrollar cáncer en el cuello del útero, aunque son los genotipos 16 y 18 los causantes del 70% de ellos. 

Otros factores de riesgo son el estado inmunitario de la paciente o del cuello del útero, la infección simultánea de otros microorganismos de transmisión sexual (herpes simple, clamidias, gonococo) o el consumo de tabaco. Además, mientras persista la infección activa por VPH se recomienda suspender el uso de anticonceptivos orales si es posible. 

Algunos países también han empezado a vacunar a los niños, dado que previene los cánceres genitales también en hombres

La doctora asegura que la prevención primaria comienza con la vacunación de las niñas de entre 9 a 14 años, antes de iniciar su vida sexual, lo que reduce significativamente el riesgo de cáncer cervicouterino. Sin embargo, la vacunación es posible más allá de los 14 años, y recomendable hasta los 55. 

Algunos países también han empezado a vacunar a los niños, dado que previene los cánceres genitales también en hombres. "Conviene en este punto recordar que se trata de una vacuna que no evita la infección, sino que disminuye la posibilidad de desarrollar un cáncer provocado por el VPH. Ahora bien, la vacunación no sustituye a las pruebas de detección de lesiones precancerosas o de cáncer de cuello de útero, por lo que se recomienda a las mujeres someterse a una revisión ginecológica con realización de una citología, estudio que permite analizar las células del cuello del útero", añade la doctora.

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