Opinión

'Déjà vu' en Poio

SEIS DETENIDOS y pruebas por doquier es el balance de la redada de ayer en O Vao, un saldo similar al de las anteriores intervenciones en el núcleo de infraviviendas del concello de Poio. La Guardia Civil (del mismo modo que la Policía, cuando le corresponde) cumple con creces con su labor cada vez que acumula los indicios necesarios como para obtener una orden de registro en el poblado. Detiene a los responsables (que siempre se cuidan de no acumular cantidades importantes de droga en sus viviendas) y los pone a disposición judicial con argumentos contundentes. El resultado siempre es el mismo: una condena no muy elevada que permite al encausado, normalmente reincidente, continuar con sus actividades ilícitas en el mismo lugar, tal vez con un pequeño paréntesis en forma de breve estancia en el centro penitenciario de A Lama.

Esto será, con pequeños matices, lo que ocurrirá con los arrestados de ayer, y se repetirá en el futuro si quienes tienen responsabilidades políticas sobre lo que ocurre en el poblado no toman de una vez cartas en el asunto. O Vao se ha convertido en un reducto hacia el que nadie quiere mirar pero que todos conocen sobradamente. El supermercado de la droga ‘factura’ miles de euros al mes a cuenta de los toxicómanos. Sin embargo, parece que ya no es un problema para nadie. Incluso da la sensación de que la ciudadanía está de acuerdo con que la droga siga en el poblado. Es cierto que la Policía y la Guardia Civil actúan, pero no es menos cierto que no cuentan con las armas para cortar el problema de raíz. Ayer se vivió un nuevo capítulo de una historia que no tendrá fin si no se quiere actuar sobre ella.

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