Menos niños con problemas familiares

Agresiones en el Príncipe Felipe por el ingreso de menores problemáticos

CC OO explica que se trata de chicos que han cometido delitos o que presentan problemas psiquiátricos o de drogadicción ► Técnicos y niños del centro, obligados a convivir con ellos
Ramón Piñeiro (centro) es secretario de la Sección Sindical de CC OO en la Deputación
photo_camera Ramón Piñeiro (centro) es secretario de la Sección Sindical de CC OO en la Deputación

Desde hace algo más de un año, la Ciudad Infantil Príncipe Felipe se está enfrentado a una situación complicada y preocupante. La Xunta de Galicia está derivando a este centro a chavales "con problemas psicológicos, psiquiátricos, de drogadicción y también a jóvenes delincuentes acusados de robos, intimidación e incluso de abusos sexuales". Así lo explicó este jueves el secretario de la Sección Sindical de Comisiones Obreras en la Deputación de Pontevedra, Ramón Piñeiro, que aseguró que tanto los niños que viven en el centro como los trabajadores del mismo se encuentran "totalmente desprotegidos".

Piñeiro destacó que la competencia educativa y asistencial del centro Príncipe Felipe corresponde a la Deputación de Pontevedra, pero que en este momento la tiene compartida con la Xunta de Galicia tras la firma de un convenio de colaboración con la ciudad infantil para la custodia de 100 niños, 75 en régimen de internado y otros 25 para el centro de día. Sin embargo, la Xunta está derivando hacia este centro a jóvenes con problemas que nada tienen que ver con las que habitualmente se tratan en Príncipe Felipe y que se corresponden con niños y chavales que se ven abocados a entrar en el centro debido a los problemas de alcoholismo y drogadicción de sus padres o bien a la falta de recursos de los mismos. "Pero en este momento hay niños de ocho años que llegaron al centro debido a problemas familiares que están conviviendo con otros de hasta 18 que son ingresados por agredir a sus padres o por haber robado. La situación es de total indefesión", comenta Piñeiro.

AGRESIONES. De hecho, indica que ya se han vivido situaciones de riesgo que han acabado con menores agredidos y también con técnicos. De hecho, comenta que un trabajador del centro acabó con las costillas rotas y tuvo que permanecer de baja durante varios meses. "El centro no está preparado para albergar a estos chavales, que deberían acudir a unidades terapéuticas o a centros de internamiento cerrados. Donde sea, pero en un lugar donde existan profesionales que tengan la formación adecuada para trabajar con ellos", explica Piñeiro. El sindicalista considera que, "de plantear el convenio que el centro debe acoger a niños de este tipo habría que realizar una reforma y formar al personal para atender a las diferentes tipologías".

Esta complicada convivencia lleva ya más de un año creando inseguridad en el centro, y el caso ya ha sido trasladado "al juez y a la Fiscalía de Menores, que consideran que se trata de un tema preocupante. Nosotros lo que queremos es que se abra una investigación para que se depuren responsabilidades, porque estos chavales destruyen la normal convivencia y la educación en el centro porque, además, rápidamente se convierten en líderes".

La osadía de estos jóvenes conflictivos ha supuesto, además de las agresiones, rotura de mobiliario. Los profesionales del centro acuden a sus puestos de trabajo con cierta angustia y "pensando ya en las sorpresas que se van a encontrar cuando lleguen. No se puede mirar para otro lado porque ¿de quién será la responsabilidad si sucede algo grave?", se pregunta el sindicalista.

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