Desvelado por fin el cuadro de la Familia Real de Antonio López

Veinte años después de su inicio, La familia de Juan Carlos I, del artista Antonio López, ya cuelga en la pared de la que será su casa permanente, el Palacio Real, incorporándose a la historia de cinco siglos del retrato real.

Frente al cuadro El Príncipe de ensueño, de Salvador Dalí, la esperada y ansiada pintura de Antonio López pone broche final a la magnífica exposición que Patrimonio Nacional dedica a la historia del retrato real a través de 114 obras.

En el propio catálogo de la exposición El retrato en las Colecciones Reales. De Juan de Flandes a Antonio López, patrocinada por la Fundación Banco de Santander, se reconoce que pocas veces en nuestra historia reciente la creación de una obra de arte ha despertado un interés tan general, suscitando una expectación inusitada. Esta se explica, en buena medida, por la propia naturaleza de la obra, las circunstancias de su proceso creativo y por la especialísima identidad de sus protagonistas.

El encargo realizado a finales de 1993 por Patrimonio Nacional a Antonio López "venía a suponer un arriesgadísimo desafío artístico e histórico para los pinceles de uno de nuestros más grandes artistas contemporáneos que debía afrontar la plasmación de una imagen de la Familia Real española, destinada a convertirse en el icono artístico del reinado de don Juan Carlos".

Como tal desafío tomó el artista la obra en la que ha trabajado hasta el último momento y que el presidente de Patrimonio Nacional, José Rodríguez-Spiteri, ha definido con las propias palabras de López como un retrato "poderoso y de gran dignidad".

El presidente de la institución reconoció que "hemos sido muy generosos con Antonio López y él ha sido muy participativo. Hace año y medio le habilitamos un estudio y ha convivido con nosotros. Esta exposición ha sido un motivo que le ha animado a poner la firma y fechar la obra en 1994-2014" para que quedara patente "que ha tardado veinte años en elaborar este cuadro extraordinario". Por el momento, el único de la Familia Real que ha visto la obra acabada es el Rey Felipe "que se quedó muy impresionado al encontrarse con si mismo hace veinte años. Creo que le gustó el cuadro".

Tras su exhibición en la muestra que don Juan Carlos y doña Sofía inaugurarán esta tarde, la pintura, de 3 por 3,39 metros, colgará en el Salón de Alabarderos del Palacio Real, bajo la bóveda pintada en el siglo XVIII por Tiépolo. Este Salón es previo al de Columnas donde se suelen celebrar los actos oficiales. "Así, el millón largo de personas que visita anualmente el Palacio Real podrá contemplar el cuadro, al igual que los asistentes a las recepciones oficiales", comentó Rodríguez-Spitieri durante la multitudinaria rueda de prensa de presentación.

En ella, José Luis Díez, director de las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional, consideró que La familia de Juan Carlos I es el colofón de la tradición que los retratos de familia siempre han tenido y que están caracterizados por la contención y la sobriedad. "La dificultad está en dar presencia y representatividad y, a la vez, mostrar la proximidad que ha caracterizado a la familia real".

Comisariada por Carmen García-Frías y Javier Jordán, para este ha sido un broche muy deseado por Patrimonio Nacional el haber podido contar con una obra, la de Antonio López, "que representa tan dignamente el reinado de Juan Carlos I".

En su opinión se trata de una obra muy interesante "porque viene a dar continuidad a la serie de retratos de la Casa de Borbón en España. Pasado el tiempo se pondrá al nivel de la familia de Felipe V o de la familia de Carlos IV, de esos retratos de familia que los mejores artistas de cada momento han pintado".

La exposición permite dar a conocer "la importancia de la colección retratística de Patrimonio Nacional, que es muy variada y que abarca más de cinco siglos", comentó Javier Jordán, para quien ha sido muy importante también el proceso de investigación y de restauración de las obras que ha dado destacados hallazgos.

Desde el retrato de Isabel la Católica de Juan de Flandes hasta Antonio López, el recorrido está formado "por piezas claves del género retratístico" ya que, según Carmen García-Frías, en la selección ha primado la excelencia. Así, las diferentes salas, con nombres como Antonio Moro, Sánchez Coello, Pantoja de la Cruz, Velázquez, José de Ribera, Mengs, Maella, Goya o Sorolla, muestran las diferentes modalidades del retrato real, en las que se observa la evolución del retrato que atiende no solo a los cambios de moda, sino a la forma en que querían ser retratados los monarcas.

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