Detienen al hombre que quiso matar a su yerno en O Grove

El fiscal pidió su ingreso inmediato en prisión tras conocer la condena ►Asestó varios hachazos en la cabeza a su familiar
El condenado, abandonando la Audiencia Provincial de Pontevedra
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Juan José Rey Vila, un vecino de O Grove que, hace apenas una semana, confesaba en Pontevedra que partió un hacha en la cabeza de su yerno "porque me insultaba", ya durmió anoche en el centro penitenciario de A Lama. Dos dotaciones de la Policía Nacional de Pontevedra se personaron por sorpresa en la sala segunda de la Audiencia Provincial. El motivo del despliegue fue la orden de detención dictada por el magistrado de la citada sala, José Juan Barreiro, a instancias del fiscal, Augusto Santaló, dirigida contra el mencionado Rey Vila, que fue citado en el Pazo de Xustiza pontevedrés para recoger la sentencia y que lo abandonó en el furgón de la Guardia Civil en dirección a la prisión.

El tribunal, que consideró acreditado que el procesado intentó acabar con la vida de su yerno sin que éste tuviese posibilidad alguna de defenderse, le impuso una condena de trece años de prisión, doce por un delito de asesinato en grado de tentativa y uno más por maltrato.

La Audiencia considera acreditado que el condenado aprovechó que la víctima se encontraba de espaldas cocinando para, "con la intención de causarle la muerte", asestarle "tres golpes por la espalda con el filo del hacha", dirigidos al cráneo. El dictamen añade que ante los gritos del agredido, su hijo, de doce años de edad, acudió al lugar e intentó detener al acusado diciéndole que no matase a su padre, "pese a lo cual el investigado asestó un cuarto hachazo, momento en el que se rompió el hacha, quedándose con el mango de madera en la mano y cayendo al suelo la parte de metal".

La Sección Segunda también considera probado que el encausado se dirigió al garaje de su casa (que compartía con la víctima) para hacerse con otra hacha, momento en el que apareció su hija (la esposa del agredido), que logró cerrar las puertas e impedir su regreso al interior de la vivienda hasta la llegada de la Guardia Civil. En el juicio, el ahora condenado dijo que no pretendía hacer daño con los golpes.

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