La provincia de Pontevedra suma 51 radares fijos y móviles en sus carreteras. Se sitúa así por detrás de A Coruña, que con 58 lidera el ránking a nivel gallego, y de Lugo, con 56. Ourense es la que menos tiene: 45. La comunidad concentra 210 de los 1.392 cinemómetros que hay operativos en toda España, o lo que es lo mismo, un 15% sobre el total, un porcentaje significativo si se tiene en cuenta que Galicia soporta un 10% de todo el tráfico rodado estatal.
Conocer estas cifras es posible gracias a la publicación por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT) de un completo listado con todos los radares y su ubicación concreta, en una muestra de transparencia inédita, ya que si bien en anteriores ocasiones sí facilitó el emplazamiento de los cinemótetros fijos –entre los que se incluyen los de tramo–, no había ofrecido datos sobre los móviles. En Galicia, según se desprende del listado, la colocación de radares sigue el patrón de siniestralidad, mayor en carreteras convencionales de un carril en cada sentido. Así, las tres vías con más cinemómetros en sus arcenes son la N-550, que cuenta con once radares –cinco en A Coruña y seis en Pontevedra–, la N-120, que con una decena de ellos –ocho en Ourense y dos en Pontevedra– y la N-VI, con nueve cinemómetros, ocho de ellos radicados en Lugo y el restante en A Coruña.
A continuación se sitúan vías de alta capacidad como la A-52, con ocho radares –siete en su trazado ourensano y el otro en su parte pontevedresa– o la A-6, la alternativa a la antigua N-VI, en la que se cuentan siete, cinco de ellos en Lugo. La AP-9, por su parte, pese a su larga extensión y vertebrar el eje atlántico canalizando gran parte del tráfico de la comunidad, cuenta con seis cinemómetros, cuatro de ellos en Pontevedra y solo dos en A Coruña.
Al margen de las vías principales, aproximadamente la mitad de los radares que la DGT tiene ubicados en la comunidad salpican vías secundarias, que concentran gran parte de los accidentes con víctimas. Asimismo, un número significativo se encuentra en las vías de acceso y circunvalaciones de las ciudades, especialmente de Vigo, A Coruña y Santiago.
La DGT pone este listado a disposición de la ciudadanía en su página web y con ello pretende evitar que haya conductores que instalen dispositivos antirradar en sus vehículos —lo que está completamente prohibido y acarrea severas multas— o, lo que puede ser más peligroso aún, que algunos automovilistas aparten las vista de la carretera para consultar la posible presencia de cinemómetros en sus dispositivos móviles mediante aplicaciones en las que los propios usuarios informan sobre radares y controles.
SOCIALDRIVE, ESCÉPTICA. Precisamente la principal app de este ámbito, SocialDrive, se hacía este miércoles eco de la publicación del reciente listado de la DGT y numerosos usuarios manifestaron su escepticismo ante el mismo. Aseguraban que en realidad hay más radares de los que vienen recogidos y decidieron publicar datos sobre estos supuestos cinemómetros extraoficiales.
Tres de ellos estarían en Galicia: uno en la AP-9 a su paso por la ciudad de Pontevedra, otro en la A-52 a la altura de Ourense y el tercero en la misma autovía pero en las cercanías de Allariz.
EN GALICIA MULTAN POCO. Con todo, los más de 200 radares que hay en Galicia dan lugar a menos sanciones que los emplazados en Madrid, Cataluña, Andalucía o Valencia.
Los tres que más multan están en la AG-55 en Arteixo, en la N-550 en Redondela y en la A-52 en Vigo, pero a mucha distancia de otros fuera de la comunidad.
A continuación, con cuatro cinemómetros en sus arcenes, se encuentra la N-640, si bien esta cifra no resulta elevada al considerar la longitud de esta vía, que discurre desde el interior de la provincia –Lalín, Agolada, Silleda, A Estrada...– a localidades costeras como Vilagarcía de Arousa.
Cuatro en la AP-9
También figuran en la lista cuatro radares en la AP-9, con la particularidad de que uno de ellos es el único de tramo de toda la provincia. Los otros tres son tradicionales de emplazamiento fijo, y de ellos hay dos que están en la autopista a su paso por Vigo.