Diez años en blanco de la Central do Transporte de A Reigosa

La superficie, construida en consenso con los empresarios del transporte de Pontevedra, sigue sin venderse y sin recibir ningún uso una década después de su inauguración. La Xunta anuncia nuevas medidas para impulsar la venta o concesión del suelo en 2016, aunque no se plantea, de momento, construir naves por su cuenta o destinar el suelo a otros sectores
La urbanización, diseñada para empresas del sector del transporte y que tenía un presupuesto de más de tres millones de euros sigue a la espera de su primera empresa
photo_camera La urbanización, diseñada para empresas del sector del transporte y que tenía un presupuesto de más de tres millones de euros sigue a la espera de su primera empresa

La Central do Transporte de Pontevedra, en A Reigosa, Ponte Caldelas, cumplió el pasado mes de julio diez años y lo hizo con el dudoso honor de ser la única superficie industrial de la comarca de la que no se ha vendido ni un solo metro en una década en la que se vivió una edad de oro del crecimiento económico a nivel nacional y también su desplome. 

La superficie, de más de 80.000 metros cuadrados, permanece intacta sin más elemento constructivo que las dos grandes rocas que alguien mandó instalar en la entrada para evitar que sea utilizada como pista de carreras por los aficionados al mundo del motor que, por cierto, son los únicos que reclaman para sí este espacio, pues ven en él la posibilidad de reconvertirlo en un circuito propio en el que practicar esta disciplina. 

A pesar de la apariencia de dotación recién construida, en los diez años de historia que la CIT tiene tras de sí han sido muchos los momentos en los que la Administración autonómica ha tratado de relanzar este proyecto, que no nació como fruto de la improvisación, sino al contrario, surgió de varias negociaciones tras oír las peticiones concretas del sector del transporte, que a finales de los años 90 empezó a demandar espacios propios para desarrollar su actividad en Pontevedra. 

El más reciente de estos momentos fue en el transcurso del presente año, cuando Xestur anunció la puesta en marcha de medidas para favorecer la venta de suelo industrial que incluían bonificaciones y descuentos en el precio de hasta un 30% sobre el coste original de las parcelas. Entre marzo y abril se implementó esta propuesta, impulsada incluso con varias visitas de la conselleira Ethel Vázquez a varios de los polígonos empresariales esparcidos por diferentes puntos de la geografía gallega. 

Sin embargo, esta medida, que según confirmó este miércoles la Xunta, fue muy efectiva en otros polígonos y sirvió para que "no transcurso do ano xa se teña vendido a mesma cantidade de solo industrial que nos tres anos anteriores xuntos", fue absolutamente inútil en el caso de la Central do Transporte. El Plan Sectorial que se aprobó para la urbanización de este suelo especificaba el uso exclusivos, para empresas del sector de la logística y el transporte, de ahí que, hasta el momento, la Xunta no haya optado por reconvertir el suelo para la venta a industrias convencionales. 

Actualmente, fruto del incipiente despegue económico y también de esas medidas de impulso, la situación contrasta aún más, puesto que el Polígono Industrial de A Reigosa, construido justo en la zona adyacente unos años después, sí cuenta con naves industriales y sí ha visto cómo se incrementaba el número de ‘inquilinos’ en su suelo con motivo de los descuentos de este año. 

El gabinete autonómico confirmó este miércoles que los 80.000 metros de la CIT (se suponía que iba a ser una central intermodal) entrarán también en el nuevo paquete de medidas de lanzamiento del suelo industrial planteadas por la Consellería, "que pasan por aplicar novas formas de adquisición, como por exemplo os dereitos de superficie, que xa se está empregando en Portugal con boa acollida". Los derechos de superficie son concesiones por 30 años prorrogables a 60 en condiciones ventajosas para el arrendatario en el primer tramo de la adjudicación.

"O canon a pagar será unha porcentaxe do prezo de venda da parcela, que nos primeiros anos se reduce para facilitar investimentos que nese tempo desexen facer as empresas", indica la Xunta. La medida se verá reforzada por la aplicación de un primer año de cadencia en el que el coste del suelo será cero euros, si así lo demanda el beneficiario. En el segundo y tercer años el coste supondrá el 1,5% del precio de la parcela y en el cuarto y quinto, el 2,5%. A partir de la sexta anualidad, el arrendatario pagará un 3,5% del precio de venta de la parcela. A estas cifras debe sumarse el IVA y se irán actualizando con el incremento del IPC interanual. Al término de la concesión, el usuario habría pagado el precio equivalente al que tenía la parcela en el momento de la venta, con ventajas como la cadencia de un año y el menor recargo en los primeros, en los que se supone que es necesario hacer obras en el espacio. 

De momento, se desconocen las condiciones finales de concesión de este tipo de ocupación, en régimen de derecho de superficie, puesto que el pliego de bases debe ser redactado por el Instituto Galego de Vivenda e Solo, aunque está previsto que este organismo pueda aplicarlas en el primer trimestre de 2016.  

Esta urbanización tiene espacios pensados para albergar simples aparcamientos en superficie (de unos 140 metros), otros que podrían acoger naves o talleres de tamaños medios en los que las empresas del sector tendrían una base de operaciones, o superficies de mayores dimensiones que se pueden emplear como zona de carga y descarga para el área logística. A mayores, hay incluso espacios de ocio y de usos comerciales, siempre pensados para firmas relacionadas de algún modo con el sector. Con estas condiciones, el suelo podría obtenerse pagando cuotas que podrían ir desde mínimos de 140,23 euros el segundo año en las superficies más pequeñas hasta los 1.180 euros de las más grandes. 

Con respecto a otras medidas como asumir la construcción de las naves para su posterior puesta en el mercado o la recalificación del suelo para otros usos, de momento, las fuentes consultadas la descartan. "A situación de Xestur era moi complicada cando este Goberno asumiu a Xunta e a débeda moi grande. Por ese motivo implementouse o Plan Estratéxico de Desenvolvemtento Empresarial, tendo en conta a demanda real, e é o que se está a usar como guía dos investimentos que se promoven. De momento, non parece ser ese o camiño, precisamente, porque non hai unha demanda sobre este espazo", señalan.

FRACASO PRIVADO. Durante los primeros años de vida de la CIT el sector servicios quiso acompañar el desarrollo especializado de este suelo con negocios auxiliares que se pretendían instalar en las proximidades de las futuras naves del transporte. 

En A Reigosa llegaron a construirse tres edificaciones que abrieron con la licencia de restaurante y hospedaje. Se creía que los camiones y transportes vinculados a la superficie de O Campiño y los usuarios de la CIT iban a necesitar dónde comer y dormir sin tener que desplazarse a Pontevedra. Dos de los negocios se remataron en un plazo competitivo y abrieron sus puertas esperando que la venta e implantación de empresas en el suelo público se produjese de un momento a otro, pero esas industrias no llegaron nunca y el movimiento de los polígonos de O Campiño y A Reigosa era insuficiente para sostener la actividad, de modo que dos de estas empresas cerraron sus puertas hace varios años.

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