Opinión

Dos libros

ENTRE MUCHAS felices lecturas de mis vacaciones, dos han sido mis descubrimientos, y quiero compartirlos con ustedes en esta última columna de agosto. Una, ‘El maestro Juan Martínez, que estuvo allí’, de Chaves Nogales, cuyas crónicas había leído encontrado en ellas el deslumbramiento que había reservado para autores como Tom Wolfe, Norman Mailer o Truman Capote: el periodismo elevado a la categoría de literatura. Pero esta vez Chaves Nogales se atreve con la novela y relata, usando la primera persona, la peripecia de un bailarín español cuyo oficio errante le hace recalar en Rusia durante la revolución bolchevique, en la que se ve atrapado sin quererlo. No creo que se haya escrito nunca un mejor retrato de la vida en la Rusia post zarista. A poca gente he leído narrando tan bien el hambre, el frío y el miedo pero, sobre todo, la lucha a sangre y fuego por el bien de la vida y el deseo de salir adelante. Juan Martínez es a ratos un pícaro del siglo XX, pero también un Sancho Panza que enfrenta la tragedia con una dosis extra de sentido común.

La otra es una novela francesa, ‘Como comportarse entre la multitud’, de Camille Bordas. Escrita en primera persona, la historia retrata el ingreso en la adolescencia de Isidore, que crece en una peculiar familia de intelectuales, e intenta encontrar su lugar en el mundo hostil que parece amenazarnos a los doce años. La peculiar familia que le rodea, con el padre recién fallecido, la inadaptación, la amistad con una chica extraña, el descubrimiento del sexo, están retratados con la ternura y la sorpresa que hacen recordar al mismísimo Salinger.

Ahora que nos encaminamos al otoño, ahora que acaba el tiempo de ocio y la lectura volverá a convertirse en un lujo, les deseo encuentren el tiempo para cualquiera de estas dos lecturas, o en otras lecturas cualquiera: yo también tendré que defender con uñas y dientes el tiempo para dedicar a todos esos libros que me esperan en algún lugar del nuevo curso.

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