El sistema público de pensiones afronta con el cambio de año dos ajustes automáticos, para elevar las pagas el mínimo 0,25% y dar un nuevo paso en el calendario de aplicación de la reforma que entró en vigor en 2013 para ir incrementando progresivamente la edad de retiro, hasta llegar en 2027 a los 67 años. Con ese horizonte, los trabajadores que se jubilen en 2018 deberán tener 65 años y medio para hacerlo con el 100% de la pensión si han cotizado el tiempo requerido, a menos que hayan alcanzado los 36 y medio. Esas largas carreras laborales son las que todavía aseguran la paga completa a los clásicos 65.
Así es que, mientras la comisión del Pacto de Toledo mantiene abierto el debate de la futura revisión de un sistema en el que los fondos que salen para pensiones superan en un 23% a los que entran por cotizaciones sociales, la reforma estrenada hace un lustro sigue avanzando, a un ritmo que se acelerará a partir de 2019. Desde entonces se retrasará la jubilación dos meses por ejercicio, y no uno como hasta ahora, además de comenzar a aplicarse el llamado factor de sostenibilidad para tener en cuenta la esperanza de vida al determinar la cuantía de las nuevas prestaciones.
De momento, las novedades para 2018 afectan a las variables que se han ido modificando al alza en los últimos años, además de la edad de retiro: el tiempo de trabajo exigido para acceder a la pensión completa a los 65 y el período de cotización sobre el que se calcula el importe. Así, para empezar, los 36 años y medio requeridos para jubilarse en la edad tradicional son el resultado de sumar tres meses a los establecidos para este ejercicio, para avanzar en el ascenso por el que se llegará a 38 y medio en 2027.
En lo que respecta a la cuantía de las nuevas pensiones, desde enero se determinará teniendo en cuenta las bases de cotización de los últimos 21 años de la carrera, uno más que ahora. Y son ya seis más que en 2012. La cifra se seguirá elevando hasta 2022, cuando serán 25 años, en una ampliación que en muchos casos hace prever cuantías menores
que con un período más reducido.
Sea como sea, para recibir la paga íntegra es necesario haber cotizado 35 años y medio, un umbral que también se irá elevando. Se situará en los 37 en una de las fechas más señaladas para el sistema, 2027. Será entonces cuando la edad legal de jubilación alcanzará la meta de los 67 años, aunque, si se mantiene la tendencia actual, la edad real de retiro será inferior.
Los datos de la Seguridad Social la sitúan en 64,2 años al realizar la media de quienes se jubilaron en los diez primeros meses de 2017, una cifra idéntica a la de 2013 que muestra pocos cambios desde ese primer ejercicio de aplicación de la reforma. De hecho, el promedio de 2016 fue de 64,1 años.
El dato se entiende al comprobar que un 43,2% de quienes estrenaron pensión en 2017 no habían cumplido los 65 años, aunque entre los procedentes del régimen de autónomos sí se superan, con una media de 65,7. Se nota que los trabajadores que prolongan la vida laboral más allá de la edad ordinaria de retiro son minoría y el impacto de las jubilaciones parciales o anticipadas, aunque las condiciones de acceso a esas se han endurecido. Para retirarse de forma voluntaria antes de lo establecido hay que acreditar 35 años de cotización y tener como máximo 24 meses menos de la edad legal, con lo que el umbral va subiendo al mismo ritmo que esa. En 2027 llegará a los 65.
Aún a la espera de las comunicaciones individualizadas comprometidas por el Gobierno con la estimación de qué pensión se recibirá, los gallegos piden que informe adecuadamente de las cuantías. Es una demanda planteada por el 95% de los consultados para un estudio del Instituto Santalucía. Lo que hay es un simulador en la web de la Seguridad Social con algunos ajustes pendientes.
84%
Son los gallegos consultados que creen que la edad de jubilación se seguirá elevando.
