Un ejemplo en cantera

Las estudiantes del Club Baloncesto Arxil superan la ABAU con un 100% de aprobados. Tres de las integrantes que han obtenido los mejores resultados nos cuentan cómo han logrado compaginar estudio y deporte para dar el máximo en ambos terrenos
De izquierda a derecha, Sandra Carabelos, Carmen Tosar y Mariña Vázquez. BEATRIZ CISCAR.
photo_camera De izquierda a derecha, Sandra Carabelos, Carmen Tosar y Mariña Vázquez. BEATRIZ CISCAR.

ORGANIZACIÓN, es todo lo que necesitan estas atletas para compaginar a la perfección estudio y deporte. Mariña Vázquez, Sandra Carabelos y Carmen Tosar son estudiantes de segundo de bachillerato recién graduadas y jugadoras del Arxil como juniors de segundo año. Este curso, además de superar una pandemia mundial, se han topado con la ABAU, pero a pesar de las horas de estudio fundamentales para superar las pruebas de acceso a la universidad, las jóvenes promesas del baloncesto han sido un claro ejemplo de como estudio y deporte pueden ir de la mano y complementarse para obtener los mejores resultados en ambos terrenos.

"Yo creo que hay que tener muchas ganas de intentar sacar las dos cosas adelante, ponerle mucho empeño y sobre todo intentar organizarse muy bien", asegura Mariña. Sandra, por su parte, habla también de "constancia", de "actitud" como base fundamental para entregarte por completo tanto a nivel deportivo como a nivel académico.

Los padres se han convertido también en un gran apoyo para Sandra, por ejemplo, que se sentía muy comprendida por sus familiares cuando la animaban a entrenar para despejarse del estudio. "Me recomendaban entrenar para relajarme y de hecho funcionaba porque volvía totalmente despejada y tenía el doble de concentración".

Es fundamental que en una etapa tan especial como el último año preuniversitario tanto familiares como amigos sirvan de colchón de apoyo para el estudio, y en el caso de estas atletas, el deporte. Mariña reconoce que su círculo de amistades no ha asumido este papel tal y como se esperaba. "Siempre me decían que nunca podía quedar, que siempre tenía que entrenar o competir y hay muchos que no entienden que a mi esto me hace feliz", explica.

Mariña superó la ABAU con un 9'79 de nota media, ahora su próximo destino será A Coruña, donde quiere iniciarse en la carrera de Logopedia. A pesar de la distancia tiene claro que seguirá formando parte del equipo en el que ha nacido como deportista.

Su compañera de cancha, Sandra, opina lo mismo. Después de conocer su nota media que asciende a un 13'1 ha decidido matricularse en Ingeniería Biomédica en la Universidad de Vigo. Por su parte, la única que no lo ve tan claro es Carmen. "No tengo ni idea", confesaba la de Lino. Lo que por el momento ha barajado son las posibles opciones que llaman su atención. "Tengo en mente un doble grado en Derecho y ADE, únicamente Derecho o Educación Primaria", explicaba Carmen, que con una media de 12'5 en la prueba de la ABAU no tendrá ningún problema para optar por cualquiera de estas preferencias que señala.

Carmen fue la última del trío verde en incorporarse al equipo. Llegó con once años, en sexto de primaria, pero no por esto siente menos compromiso con sus colores. Asegura que por ellas se compromete a entrenar todos los días. "Llevamos mucho tiempo juntas y aunque tienes días en lo que no te apetece tanto entrenar piensas que estas con ellas".

Mariña también justifica este compromiso con la pena que siente al despedir a algunas de las componentes de la plantilla. "Era el último año de algunas y queríamos aprovechar y disfrutarlo", aclara siendo consciente de que la Universidad es, muchas veces, un detonante para abandonar los clubes deportivos a los que llevas vinculada desde niña.

La próxima temporada la esperan con ganas. "Yo en primera nacional quiero liarla", afirma Mariña. Lino Miguel Vázquez, el entrenador de las chicas, se siente muy orgulloso de esta generación, no solo por el título de campeonas de Liga, sino también porque apuestan por seguir jugando y "´éste es uno de los motivos por los que salimos en primera nacional", explica el técnico verde.

Carmen ha sido la única que ha demostrado más temores en vista a la próxima temporada. "El año pasado me rompí el ligamento cruzado en la rodilla y me tuvieron que operar, desde entonces no he vuelto a entrenar con ellas", confesaba la estudiante, que más que respeto, siente "miedo". Miedo a que vuelva a suceder, porque las posibilidades son altas y "si no estás recuperado del todo y sumas el parón por el confinamiento, peor todavía".

A pesar de estos miedos puntuales y la incertidumbre del regreso a la actividad, tanto las chicas como Lino esperan poder volver a la cancha en septiembre y preparar una temporada que pinta ser "muy especial". La primera temporada que disputarán como parte del Arxil Mafari Café.

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