"Tengo que cruzar los dedos para que haya sitio"

El albergue rebasa sus plazas gracias a la popularidad del Camino Portugués

Los peregrinos se hospedan en albergues privados, hostales o continúan hasta Barro o Caldas cuando se llenan las 56 camas
Peregrinos esperan en el albergue
photo_camera Peregrinos esperan en el albergue

En la puerta del albergue ‘La Virgen Peregrina’, decenas de caminantes esperan para entrar al recinto. Las instalaciones no abren hasta las 13.00 del mediodía, por lo que los peregrinos descansan y toman el sol tumbados sobre sus mochilas haciendo cola en la calle.

El albergue dispone de 56 plazas que se llenan cada día, especialmente en los meses de julio y agosto, cuando coinciden las vacaciones de los caminantes y la festividad de Santiago Apóstol. Al no admitir reservas previas, los peregrinos deben llegar pronto a Pontevedra y guardar cola. En el recinto se establece un orden de prioridad por el que primero se hospeda la gente que hace el camino a pie o tiene limitaciones físicas, después la gente que va a caballo y por último los ciclistas. Excepcionalmente, si un grupo muy numeroso necesita hospedarse en la ciudad, se abre el pabellón del IES A Xunquiera y se equipa con colchonetas.

El presidente de la Asociación de Amigos del Camino Portugués, Tino Lores, afirma que «entendemos que las plazas son suficientes y que no necesitamos ampliar el número porque la función del albergue público es dar alojamiento a estudiantes y gente con menos recursos». Los peregrinos que no consiguen plaza aquí, son destinados al albergue privado Aloxa, situado a 50 metros, o a pensiones y hostales de la ciudad. «Es importante la colaboración de otros establecimientos de Pontevedra y que el precio del menú del peregrino sea asequible para facilitar su estancia en la ciudad. Al fin y al cabo, el peregrinaje nos beneficia a todos, y además seguimos manteniendo la fama de los pontevedreses como gente hospitaliria», manifiesta Lores.

Por seis euros al día, los peregrinos disponen, además de literas y duchas, de una cocina equipada, un comedor, una sala de lavandería y un jardín para descansar.

Los peregrinos deben abandonar las instalaciones entre las 6.00 y las 8.00 horas y los nuevos huéspedes solo pueden entrar entre las 13.00 y las 22.00 horas.

cifras. La semana previa a la festividad de Santiago Apóstol hay más afluencia de peregrinos. El jueves anterior, solo una hora después de abrir las puertas, ya se habían registrado 44 caminantes. «Esta semana y la siguiente son siempre las más transitadas, pero en realidad todos los meses del año se llena excepto en diciembre porque el albergue cierra», afirma Conchi Torres, una de las hospitaleras voluntarias.

Por su parte, Tino Lores prevé en 2015 un aumento del número de peregrinos respecto al año pasado. «Esta cifra sigue aumentando año a año, porque el Camino Portugués se está haciendo más popular». Para hacernos una idea, en lo que va de año se han alojado en el albergue de Pontevedra unas 11.000 personas. Sin embargo, «en total han pasado por la ciudad 40.000 peregrinos hasta la fecha, si contabilizamos a la gente que se alojó en albergues privados, hostales o pensiones de la ciudad, o que directamente no pasan la noche en Pontevedra».

En el año 2010, año Xacobeo, el número de peregrinos que pasaron por el Camino Portugués fue de 32.000. «El aumento es considerable si tenemos en cuenta que este año nadie va a ganar el Xacobeo, sino simplemente a hacer el Camino». «Además todavía faltan los meses de agosto, septiembre, octubre y noviembre, porque cerramos desde el 22 de diciembre hasta el 7 de enero», declara el presidente de la asociación.

PERFIL DEL PEREGRINO. Los caminantes españoles suelen hacer la ruta lusa en el mes de julio, cuando los jóvenes están de vacaciones y los colegios aprovechan el Camino como actividad de fin de curso. No obstante, cada vez son más los extranjeros que se animan a hacerlo durante el verano.

«Este año hemos recibido gente de Canadá, de Estados Unidos, Sudamérica o Sudáfrica. Pero sin duda los grupos más numerosos vienen de Centroeuropa: alemanes, holandeses, polacos, rusos o croatas», afirma Lores.

La voluntaria Conchi Torres asegura que «la gente viene de todas partes pero es raro el día que no tenemos algún alemán hospedado». Un grupo de tres holandesas que guardaban cola en la entrada cuentan que «nosotras el año pasado hicimos el Francés, que es el que tiene más fama. Pero nos gustó la experiencia y ahora decidimos repetir haciendo otro Camino».

VOLUNTARIOS. La Asociación Amigos del Camino cuenta en Pontevedra con unos 70 hospitaleros voluntarios. Dos personas al día se encargan de recibir a los peregrinos y enseñarles las instalaciones. El presidente declara que «los voluntarios son mayoritariamente gente joven. En Pontevedra hay una larga tradición de voluntariado en el camino y queremos seguir conservándolo».

Añade que «es genial que se hagan estas cosas gratuitamente. Con una tarde al mes ayudas a que se extienda la tradición y que más gente se anime». Conchi afirma que «estamos para conocer a otra gente y otras culturas. Aquí siempre nos preguntan dónde comer pulpo o qué ver en la ciudad, pero también aprendemos de ellos».

En lo que va de año se han alojado en el albergue 11.000 peregrinos, pero por la ciudad han pasado unos 40.000 caminantes

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