El cangrejo americano invade un lago artificial cerca del Castro de A Chan

El alcalde advierte de que la zona está sin vallar y quienes acuden a pescar estos animales "van baixo a súa responsabilidade". El espacio se quedó así tras unos destierros para obras del AVE
Al fondo, la gran laguna artificial de A Chan en la que hace siete años aparecieron los cangrejos americanos
photo_camera Al fondo, la gran laguna artificial de A Chan en la que hace siete años aparecieron los cangrejos americanos

Entre el Castro das Sete Fontes, de A Chan y el límite del polígono industrial Barro-Meis, se ubica, en Agudelo, un espacio degradado que en los últimos años se ha convertido en hábitat de lujo para una de las especies foráneas más amenazantes para la biodiversidad en el medio acuático: el cangrejo americano.

En una laguna artificial que nació como resultado de las excavaciones que se hicieron en la primera década del siglo para extraer material de relleno para las obras del AVE, hace unos siete años, los vecinos se dieron cuenta de la aparición de unos inquilinos del mundo animal que hasta ese momento eran desconocidos en todo el municipio. Se trata de unos cangrejos rojos que ya han proliferado en otros hábitats de las mismas características de la comarca, como en la Canteira das Lapas, en Vilaboa, y que se reproducen sin dificultad, gracias a que son omnívoros y muy voraces. De hecho, esta característica es la que les convierte en una amenaza para otras especies, ya que se pueden alimentar de huevos o especímenes adultos de anfibios no foráneos. Aunque no se trata de este caso, el cangrejo americano es culpable de la desaparición del cangrejo de río autóctono en la mayor parte de los cursos fluviales de España.

Entre los vecinos de esta parroquia de Barro, sin embargo, la proliferación del denominado oficialmente ‘Procambarus clarkii’ no ha causado mayor alarma. Incluso es sabido que en la laguna hay algunos ‘pescadores’ que de vez en cuando acuden al lugar y ponen a prueba sus habilidades con esta especie, que tiene aprovechamientos culinarios en la zona de donde es originaria (sureste de Estados Unidos).

PELIGROS. De hecho, los viandantes de Agudelo no dudan ni un segundo a la hora de dar las indicaciones para ir a la "charca en donde se pescan cangrejos". Eso sí, no todos viven la situación con la misma despreocupación.

El alcalde, Xosé Manuel Fernández Abraldes, afirma que conoce la situación de esta "lagoa artificial" desde hace años. "No dos animais non podemos facer moito, porque son difíciles de erradicar. Eu preguntara hai uns anos a coñecidos de Adega e dixéronme que se o espazo é artificial, tampouco paga moito a pena o esforzo. Ademais parece que incluso foron eliminados dun catálogo de especies invasoras por parte de Medio Ambiente".

Lo que sí preocupa a Abraldes es el entorno. "Perténcelle á comunidade de montes, aínda que no seu día se empezou a excavar alí porque o alcalde anterior dera permiso sen ter o consenso cos veciños. O caso é que de alí saíron toneladas de terra e ese inmenso crater, agora, está sen ningún tipo de seguridade. Nalgún momento teremos que ir e poñer un peche, polo menos pola zona onde a altura é maior, xa que moi preto pasa unha pista e o desnivel que hai é de máis de dez metros. Todo un perigo que, ata o momento, ninguén atallou".

Respecto a los que acuden ‘de pesca’ por el acceso existente (una pista de tierra), dice el alcalde que "o lugar é bastante inhóspito, e nós nalgún tempo mesmo lle chamabamos ‘Buraco do inferno’. Pero se a xente vai pola súa vontade, e baixo a súa responsabilidade, non nos queda máis que pedirlles prudencia e sentido común".

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