Desde que el Pontevedra le ganó al Rayo Majadahonda y acarició el play-off, los granates han entrado en la peor racha de la presente temporada, que no solo lo ha alejado de los puestos de ascenso, sino que también los ha acercado peligrosamente a la zona del infierno de Tercera División.
Los pontevedreses se encuentran ahora mismo en un puesto que a priori da bastante tranquilidad, décimos con 31 puntos, en mitad de tabla. Ahora bien, este puesto es muy engañoso ya que están a solo tres puntos de la zona de descenso. Las Rozas es el equipo que marca la zona de promoción con 28 puntos, los mismos que tiene el primer equipo que está en descenso directo, el Oviedo B que esta jornada visitará Pasarón.
El partido del próximo domingo no es solo vital para volver a la senda de la victoria, ya que una derrota haría que los pontevedreses igualaran a puntos con un equipo de la zona del descenso.
La igualdad en la mitad baja de la tabla es absoluta. Entre el Pontevedra y el Oviedo B hay otros seis equipos comprimidos en tan solo tres puntos de diferencia, por lo que una mala racha de resultados puede acabar con los de Pouso luchando por un objetivo que no se imaginaban hace tan solo unos meses.
Desde que los de la Boa Vila volvieron a Segunda B, solo se han encontrado en una situación tan peligrosa a estas alturas de la temporada. En la temporada 2017-18, el equipo entrenado por aquel entonces por Luismi, estaba en el puesto 14 a dos puntos de la promoción de descenso y a cuatro del descenso directo.
La diferencia respecto a esta situación, es que los granates estaban totalmente alejados de los puestos de play-off, que tenían a 16 puntos.
A pesar de su mala racha, los de Pouso no se han descolgado todavía de la zona de ascenso, que tienen a 6 puntos. Así los pupilos del técnico vasco tienen una doble motivación, escalar a la zona alta, pero también tomar aire y alejarse de la zona de descenso.
Eso sí, aunque la situación no es buena, está lejos de ser como la del año del descenso. En la temporada 2010-11, los granates llegaron a la jornada 24 en puestos de descenso a 5 puntos de una salvación, que no consiguieron lograr a final de temporada.
No tiene que mirar muy lejos el Pontevedra para tomar nota del peligro en el que se encuentra. La temporada pasada el Celta B era duodécimo con 4 de ventaja a estas alturas y al final tuvo que jugar la promoción para salvarse.
Por ello, el partido contra el Oviedo B se convierte en una final absoluta para los granates. Una derrota, además de aumentar la crisis de los de Pouso, pondría al conjunto de la Boa Vila mirando directamente al descenso. Además la siguiente semana tienen que visitar al Atlético B, por lo que el domingo en Pasarón, será la hora de alejar viejos fantasmas.
El futbolista achacó la derrota a la mala fortuna de su equipo y lamentó la forma en la que encajaron los goles: "Creo que los goles llegan en dos jugadas de bastante fortuna. Tuvieron dos y las metieron".
Para González al equipo le faltó "cerrar el partido". "Creo que el equipo ha dado un cambio en cuanto a juego, nos falta cerrar el partido. Si hubiésemos metido el segundo hubiese sido todo diferente. Nos hace falta una victoria para subir la moral", culminó el jugador cántabro tras la derrota frente al Atlético Baleares.