La celebración de la decimotercera Copa de Europa del Real Madrid en Kiev dejó abiertos varios frentes para el futuro de la plantilla blanca. El foco se centra en la situación de Cristiano Ronaldo, después de que el portugués dejara dudas sobre su continuidad. Sin embargo, Gareth Bale, artífice de la victoria con sus dos goles saliendo del banquillo y gran ausente del próximo Mundial de Rusia, también mostró su preocupación por la situación que vive en el conjunto madridista.
Su suplencia en la final ante el Liverpool, segunda consecutiva tras la de Cardiff de la temporada anterior, fue la gota que colmó el vaso para el galés. Una situación incontrolable que se decidirá en las próximas semanas en la reunión que mantendrán su representante, Jonathan Barnett, y Florentino Pérez. En la mesa de negociaciones habrá un punto crucial, la titularidad de Bale. El número 11 del Real Madrid quiere seguir vistiendo la camiseta blanca, pero también ha puesto como condición una mayor regularidad, especialmente en los grandes partidos, de la que ha tenido este año a las órdenes de Zinedine Zidane. De hecho, esta temporada ha sido la que más suplencias ha acumulados desde que forma parte de la plantilla blanca.
El presidente blanco no puede garantizar esos minutos a ningún jugador de la plantilla, ya que esas decisiones están en manos del técnico francés. Un punto crucial para el galés que abre la puerta a su posible salida del Real Madrid tras cinco temporadas vistiendo la camiseta blanca desde que aterrizó en la capital de España a cambio de 100 millones de euros. Una cifra que situó el traspaso en el fichaje más caro de la historia del club.
El Manchester United pendiente de su futuro
Las declaraciones de Bale durante la celebración de la Champions League en Kiev ha despertado el interés de importantes clubes europeos interesados en el futbolista galés. Los principales diarios británicos se han hecho eco del interés del Manchester United de cara a este verano, de hecho, José Mourinho, entrenador de los diablos rojos, nunca ha ocultado su interés en contar con el jugador de 28 años durante los últimos años. Sin ir más lejos, el propio futbolista rechazó al equipo de Old Trafford el pasado verano.
Ante el interés despertado por diversos clubes, el Real Madrid podría tasar su salida entre 120 y 150 millones de euros. Tras su última renovación en octubre de 2016, Bale tiene contrato con el equipo blanco hasta 2022 y su salario actual se sitúa en los 11 millones de euros netos por temporada. Unas exigencias que estaría dispuesto a satisfacer el Manchester United, según apunta el diario británico The Sun, que también apunta a que su sueldo en el club inglés rondaría los 38,5 millones de euros por temporada, una cifra que le colocaría como uno de los futbolistas mejor pagados del mundo.
Un interés firme por parte del conjunto de Mourinho que además ofrecería a Bale la titularidad que añora en el Real Madrid. Una situación que coloca al conjunto blanco en una situación comprometida y con pocas opciones de seguir contando con una de sus principales estrellas de cara a la próxima temporada.
