El Pontevedra llama a la afición para lograr hoy tres puntos de oro

Los de Luismi, que recupera a Álex González, buscan ante el Rápido de Bouzas su quinto triunfo seguido 

Luismi contempla una disputa en un entrenamiento. GONZALO GARCÍA
photo_camera Luismi contempla una disputa en un entrenamiento. GONZALO GARCÍA

Hay que reconocerle a Luismi el mérito de la adivinación. Y el del optimismo incorregible. En los buenos y en los malos momentos, el entrenador del Pontevedra siempre conservó la sonrisa y anunció que el once granate pelearía por un hueco en la promoción de ascenso. El tiempo lo ha absuelto.

Luismi anticipa lo que sucederá, conocedor de la influencia de su diagnóstico sobre el futuro. Construye el destino. Parte del éxito radica en sus palabras, en la confianza que emana de su discurso y cala hondo en su vestuario. De otro modo, si hubiese pronosticado mediotablismo, allí se habría quedado el equipo y, por el contrario, si advirtiese de una batalla por la permanencia, el efecto contagio habría desembocado en una larga y complicada temporada.

Nadie podría conducir una caravana a través el salvaje Oeste por territorio sioux sin la convicción del éxito en su misión, pero al mismo tiempo el éxito nunca llegaría por la simple creencia de tenerlo. El fútbol requiere fe, pero no se reduce a ella.

Y es que los cuatro triunfos consecutivos que han llevado al Pontevedra a la cuarta posición de la Segunda B por primera vez en la temporada no fueron consecuencia, en exclusiva, de la confianza. Algo tuvieron que ver, también, el talento , el orden, el acierto, la ambición y, por qué no, la fortuna. Porque todo empezó en el peor momento, en un partido algo discreto contra el Guijuelo en el que pesaban las piernas y el fútbol no brillaba.

En nada se parece este Pontevedra, que se mide al heroico Rápido de Bouzas, a aquel. Parece más fuerte, más feliz, más fresco y más confiado. Le quedan cinco partidos. El que lo enfrenta a los vigueses, el primero. Son los dos mejores bloques de la primavera. Los aurinegros están sin Mouriño, sancionado con cinco cartulinas amarillas para no hacer público el evidente veto del PCF, y sin Pablo Antas.

En el Pontevedra regresará Álex González, aunque puede que empiece desde el banquillo. Sí, señores y señoras, hasta es posible que Luismi repita el mismo equipo que ganó hace cuatro días en Coruxo. Sería algo único, como el optimismo inagotable de Luismi.

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