El romero de Javi Pazos

El atacante del Pontevedra busca acabar con su gafe de cara a puerta y ha colocado una hoja del arbusto en als botas que empleará el domingo para ahuyentar la mala suerte ► "Le doy vueltas a la cabeza, pero sé que no me he olvidado de marcar goles", dice

Javi Pazos.DP
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PONTEVEDRA. Cuando la razón no puede explicar lo que sucede, uno se abona a las teorías sobrenaturales. Y para controlar aquello que no se ve, ni se oye, nada mejor que ser supersticioso, como Javi Pazos, que busca en las creencias populares el remedio a su mal.

Javi, un chico de Marín de 26 años, aprendió antes a marcar goles que a andar. Desde pequeño, en la AJ Lérez y luego en el Pontevedra, tenía el don de colar la pelota entre los tres palos. No era el más rápido, ni el más técnico. Pero sí el que más tantos marcaba. Esa cualidad tan demandada en el mundo del fútbol le sirvió para debutar con el equipo granate en Tercera con tan solo 18 años. Y luego, para labrarse un nombre en el fútbol gallego (Arosa, Choco, Villalonga, de nuevo Arosa) hasta ganarse la oportunidad de regresar al equipo de su vida para ser un miembro más de una plantilla que soñaba con jugar la promoción de ascenso a Segunda.

"No recuerdo una sequía igual en toda mi carrera, pero me están dando confianza y sé que algún gol más caerá"

La segunda etapa de Pazos comenzó bien. En la primera vuelta anotó seis tantos. Todo iba viento en popa. Pero tras su último tanto, el 6 de enero ante el Real Madrid Castilla, su producción se secó. Desde entonces, el atacante acumula doce partidos sin marcar gol. Ha estado en el terreno de juego 586 minutos en los que el último toque, el más importante, no ha sido nunca el adecuado para anotar. Y eso, a alguien que ha vivido pegado al gol toda su vida, le frustra. "Si te digo que no le doy vueltas a la cabeza te mentiría", reconoce Pazos, que apunta que la sequía es la "peor racha" de su carrera. "No recuerdo una igual", destaca.

Sin embargo, pese a que Javi tiene grabada a fuego en su mente esa sequía, no encuentra una explicación más allá de que "los delanteros tienen esas rachas", lo que le obliga a "seguir trabajando". "Pasa en Primera y en Tercera Regional. A veces las metes como nada, incluso te rebotan a ti y entran. Y otras no", declara. Porque lo que el marinense tiene claro es que sigue sabiendo cómo superar a los porteros rivales: "Sé que no se me he olvidado de marcar goles. Lo sigo haciendo en los entrenamientos".

LA HOJA. Una vez alcanzadas estas conclusiones, a Pazos no le queda otra que buscar una solución. Y cualquier ayuda es buena. Aunque ésta provenga de las propiedades intangibles que una planta tiene para ahuyentar la mala suerte. "El martes cogí una hoja de romero y la metí en las botas con las que voy a jugar el domingo", explica el atacante del PCF, que asegura que busca así "cambiar la dinámica".

Con este remedio basado en una antigua creencia popular, Pazos busca volver a encontrarse con el gol perdido y "seguir ayudando al equipo" de la forma que mejor sabe, al igual que su compañero y competencia en el puesto, Mikel Arruabarrena, que está en su misma situación. "No creo que sea un problema del colectivo, sino de que ambos estamos en una mala racha, aunque es cierto que ahora tenemos menos ocasiones porque los rivales nos estudian y ya nos conocen más. Saben cómo frenarnos mejor, igual que nosotros a ellos", expone.

Desde el último tanto de ambos, Pazos y Arruabarrena solo han jugado de inicio juntos dos encuentros. Fueron los disputados ante Unionistas y el Navalcarnero, con el de Marín partiendo de la derecha. En ambos tuvieron opciones de marcar, como sí sucedió en los tres encuentros de la primera parte de competición en los que partieron como titulares: contra el Fuenlabrada, ante el Rápido y frente al Castilla. "Nos llevamos bien y nos entendemos aún mejor. En invierno llegaron jugadores con otras características y el técnico es el que decide si quiere jugar con un delantero o con los dos", dice.

"No creo que la falta de gol de Mikel y mía sea un problema del colectivo. Simplemente estamos en una mala racha"

COLECTIVO. Sin embargo, más allá de en sus propios fantasmas, Javi Pazos quiere centrarse en el colectivo. Él asegura que firma "acabar arriba" si no vuelve a marcar un gol más en toda la temporada. "Lo firmo, porque lo importante es el colectivo y da igual si Arruabarrena, Pazos o Rivera no son los que marcan", apunta. Pese a ello, se muestra seguro de que "algún gol caerá" tanto por su parte como por la de Mikel: "El cuerpo técnico me está dando confianza y es de agradecer".

Para alcanzar el objetivo del play-off de ascenso, Javi apunta a que será necesario que "no se escapen puntos en casa". Y eso pasa por ganar ya mañana: "Va a ser una final. Será un encuentro complicado, aunque si no se gana, no pasa nada porque quedarían otros seis choques y quedan muchos enfrentamientos directos entre los de arriba".

"El partido contra el Sanse es una final. Ganar supondrá dar un golpe en la mesa. Pero si no se hace quedan otras seis"

De hecho, Pazos recuerda que muchos "daban al equipo por muerto" hace un par de semanas. "Eso nos hizo querer demostrar todavía más lo que ya sabemos: que creemos en que podemos llegar al play-off de ascenso y que, además, queremos hacerlo", dice antes de recalcar la "unión" de un grupo que "no se hundió ni después de encajar alguna derrota dura" y ver cómo les empataban dos partidos en el último minuto. "Ahora tenemos un partido clave y ganar sería dar un golpe en la mesa", apunta Pazos, que espera un Pasarón con aficionados animosos, como sucedió hace una semana en Abegondo: "Con ellos es más fácil".

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