Opinión

El segundo tren de Feijóo

LOS PERIÓDICOS de este domingo siguen otorgando protagonismo gráfico y escrito al nuevo presidente del PP y es natural porque la prensa está allí dónde está la noticia.

Pero hay una imagen que hoy "vale más que mil palabras", frase mítica y recurrente acuñada por McLuhan, y es el ‘posado’ del presidente del Gobierno y el presidente de la Xunta en la Moncloa que publicaban los periódicos gallegos el miércoles pasado.

Aquella foto mostraba a ambos mandatarios en buena sintonía, más que ‘encantados de conocerse’. El buen clima hizo posible que el presidente gallego arrancara al jefe del ejecutivo de España algunos compromisos, aunque presiento que no se dejó encantar por la ‘gestión emocional’ de Sánchez que se caracteriza por complacer, no solo a sus socios, también a sus rivales, y Feijóo sabe que esas promesas llevan el estigma de un gobierno en precario.

Volviendo a la foto, no es descabellado pensar que los dos presidentes, que tienen mucho futuro político por delante, volverán a verse en La Moncloa y seguramente ese día será con un cambio en los papeles y asientos que ocuparon en el encuentro de la semana pasada.

Digo esto porque los compromisarios del PP eligieron el sábado a su presidente, pero no cerraron la crisis del partido. Pablo Casado deberá recuperar la unidad, restañar heridas abiertas por críticas cruzadas, vídeos envenenados y rencores ‘en diferido’, cargar con el calvario de procesos judiciales pendientes y presentar un proyecto renovado y moderno, tan ilusionante para los suyos como atractivo para recuperar a los mayores que se fueron, atraer a los jóvenes y ‘empatizar’ con otros partidos con los que necesitará pactar para gobernar.

Querer recuperar las esencias del aznarismo cuando en política la virtud está en el centro, es el peor aval para la tarea que le espera de revitalizar la derecha y ganar elecciones, que es lo primero que le van a exigir. Por eso, presiento también que el señor Casado va a ser un presidente de transición que perecerá abrasado en esa travesía, o antes si se interpone algún máster. Entonces, poco después de 2020, vendrá un segundo tren a buscar a Feijóo ‘el deseado’ que sabe cómo unir al partido, como gestionar en la crisis y en la abundancia y, sobre todo, sabe cómo ganar elecciones.  

Cuando eso ocurra, que ocurrirá, volveremos a ver la foto del miércoles pasado, pero Feijóo como presidente del Gobierno de España recibiendo a Sánchez como jefe de la oposición. Será la imagen del bipartidismo del siglo XXI. 

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