El supervisor de Manning reconoce que ingnoró los problemas mentales del analista

El sargento retirado Paul Adkins, exsupervisor del soldado Bradley Manning, encontrado culpable de filtrar documentos a WikiLeaks, reconoció hoy en la fase de sentencia del juicio que ignoró los problemas mentales del joven, ya que le necesitaban como analista en Irak.

Adkins testificó durante gran parte de la jornada en la última fase del juicio a Manning que no transmitió a sus superiores las preocupaciones sobre el estado mental del soldado, que sufría un problema de identidad de género durante su tiempo en las Fuerzas Armadas.

El sargento retirado explicó que recibió un correo electrónico de Manning titulado "mi problema", en el que el soldado adjuntaba una foto en la que aparecía vestido de mujer, con una peluca y maquillaje.

Manning explicaba que ingresó en las Fuerzas Armadas para intentar "deshacerse" de sus dudas sobre su identidad, mientras que su homosexualidad no fue bien asimilada en un momento en el que el Pentágono no permitía soldados abiertamente gays en sus filas.

Adkins no transmitió este asunto a un superior, algo que tampoco hizo después de un incidente en diciembre de 2009 en Irak, en el que Manning destrozó una mesa con equipos informáticos del Pentágono y tuvo que ser reducido al intentar alcanzar un arma en ese incidente.

Joshua Ehersman, uno de los jefes adjuntos de la unidad de Manning, dijo que avisó a Adkins de este suceso, quien no elevó preocupación alguna.

En otro incidente, Adkins, que fue degradado de rango por su manejo en el caso de Manning tras la detención de éste en mayo de 2010 por filtrar más de 700.000 documentos a WikiLeaks, encontró al exanalista en posición fetal con un cuchillo junto a él y con claros síntomas de estrés.

A las preguntas del abogado de la defensa de Manning, David Coombs, sobre por qué no hizo nada para que el soldado de 25 años fuera tratado por psicólogos, Adkins contestó que había mucho trabajo en la unidad de análisis de inteligencia en la que operaban y no podían permitirse prescindir de un analista.

En esta última fase final del juicio la defensa intenta presentar atenuantes que rebajen la pena final a Manning, que podría llegar a los 90 años, y quien fue encontrado culpable a finales del pasado mes de la mayoría de cargos a excepción del de "ayuda al enemigo", que conllevaba un máximo de pena a cadena perpetua.

Coombs intenta demostrar que la cadena de mando no funcionó adecuadamente en el caso de Manning y no actuó con previsión ante el estado mental del soldado para evitar que accediese a información clasificada.

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