Con la reactivación de la creación de empleo asalariado iniciada en 2014, la burbuja del emprendimiento se desinfla. A la pérdida de 2.499 autónomos que Galicia experimentó el pasado año hay que sumar un retroceso del 10,5% respecto a 2016 en la creación de sociedades mercantiles, al constituirse 4.093. Según el balance del Instituto Galego de Estatística (Ige), en paralelo, 1.412 se disolvieron, 16 menos que en 2016.
En una comunidad en la que el 68% de las 250.000 empresas en activo carece de asalariados —una ratio que limita el crecimiento y la competitividad—, el comercio fue el sector que acaparó el mayor número del aperturas. Y es que a los 549 establecimientos de venta al por mayor que abrieron sus puertas hay que sumar 395 tiendas dedicadas a la venta al por menor. Con la reactivación del gasto en consumo también florecieron los bares, restaurantes y servicios de comidas, con 453 nuevas sociedades, por delante de las inmobiliarias (270), las empresas dedicadas a la construcción especializada (229) y los talleres mecánicos (169).
Entre los sectores estratégicos llamados a encabezar el cambio de paradigma económico destaca la implantación de 77 negocios relacionados con la informática, la consultoría y la programación; 93 de agricultura o ganadería; 72 de actividades sanitarias en una comunidad envejecida; 64 de servicios de alojamiento con el tirón del turismo y la ruta jacobea y 63 de la industria alimentaria.
¿Qué zonas de Galicia son las más emprendedoras? El concello que vio nacer más sociedades en 2017 fue Vigo, con 572 sociedades creadas, por delante de A Coruña, con 548. Los siguientes en el ránking fueron Santiago (226), Ourense (178), Pontevedra (142), Lugo (134) y Oleiros (80). Entre tanto, el contador se mantuvo a cero en 50 municipios, ninguno en la provincia de Pontevedra.
En el 98% de los casos, la sociedad limitada fue la fórmula jurídica elegida a la hora de crear una empresa. A su favor juega el hecho de que la responsabilidad de los socios se ciñe al capital aportado. Además, esta modalidad exige un capital social mínimo de 3.000 euros, frente a los 60.000 de la anónima.
Por otra parte, el informe revela que 1.254 firmas ampliaron capital por un importe total de 511 millones. Realizar inversiones de calado como una fusión, financiar nuevos proyectos o hacer frente a la imposibilidad de obtener crédito bancario son algunas de las causas que suelen explicar estas operaciones.
CONCURSO. El informe, basado en el seguimiento del Boletín Oficial del Registro Mercantil, también refleja que los problemas financieros que durante los peores años de la crisis complicaron la supervivencia de muchas empresas se siguen reduciendo, aunque a un ritmo menos intenso en relación a otros ejercicios. Así, el año pasado 250 sociedades se acogieron en Galicia al concurso de acreedores, 15 menos que en el ejercicio anterior, o lo que es lo mismo, un 5,7%, tres veces menos que en 2016.
