2-1. La definición mata al Pontevedra

Alegría y desolación en un suspiro. Marcó el Pontevedra el 2-2 en el minuto 95 y los jugadores corrieron a celebrarlo como si de un título se tratara. El tanto de Romay, después de un gran segundo tiempo, era un premio merecido. La ilusión se evaporó en un santiamén. Lo que tardó el asistente de Orellana Cid en convertir el gol en fuera de juego por la intervención de Javi Pazos. Jugada discutida y discutible. 'Orsay' para los de casa, tanto legal para la expedición pontevedresa. La polémica inherente al fútbol exento de videoarbitraje.

Fue el triste desenlace de un partido en el que el Pontevedra, tras un mal inicio, consiguió rearmarse y someter en la segunda mitad a un Castilla pletórico en el arranque del encuentro. El conjunto granate, en el que se estrenó el nigeriano Adighibe como goleador en liga, pagó su fragilidad en ambas áreas, concediendo en exceso en la suya, y perdonando ante la portería de Altube, contra la que estrelló dos balones en el travesaño, uno en cada parte, por medio de Romay y del propio Adighibe poco antes de marcar el 2-1. Cuando, tras un gran esfuerzo, parecía haber obtenido el premio del 2-2, la decepción de ver que el remate de Romay era invalidado supuso una enorme decepción y la expulsión de Luismi por festejar el tanto anulado fuera de su zona técnica.

La historia tantas veces vista y padecida se volvió a repetir este sábado en Valdebebas. Concesiones defensivas en el tramo inicial del partido condenaron al Pontevedra nuevamente a nadar contra corriente y tener que remontar un marcador adverso. Si en Ferrol enterró sus opciones encajando tres goles en nueve minutos, este sábado, cuando en el minuto 14 los espectadores miraron el marcador, se encontraron con un 2-0 que, ante un equipo con la calidad del Castilla, suponía una enorme losa para darle la vuelta a la situación.

Cierto es que, tras cada gol del filial madridista, el equipo granate dispuso de una clara ocasión para marcar. Ahí radicó la clave. Los partidos suelen decidirse en las áreas y, en ese sector del campo, la escuadra que entrena Raúl resultó letal frente a los hombres de Luismi, erráticos en las zonas cercanas a las porterías. Ayoub y Baeza tuvieron la puntería que le faltó a Adighibe y Romay.

Los errores defensivos en el tramo inicial del partido condenaron al Pontevedra

El 1-0 llegó pronto, con apenas seis minutos disputados. Miguel centró desde la derecha, una banda que el Castilla explotó mucho en el primer periodo, y Ayoub, llegando desde segunda línea sin nadie pendiente de él, batió con comodidad a Edu. Pudo empatar a renglón seguido el Pontevedra. Adighibe, lastrado por un mal control, se quedó con las ganas de festejar el 1-1. Sí encontró el espacio a la espalda de Pol Bueso Miguel, en un gran pase filtrado por Antonio Blanco.

La réplica del cuadro granate fue un testarazo de Romay al travesaño en un saque de esquina, aunque Miguel y Pedro también estuvieron cerca de dejar el partido cerrado. El escenario cambió tras el intermedio. Nada más reanudarse el encuentro, nuevamente a balón parado, pudo hacer daño el cuadro lerezano. Romay cabeceó un córner y Altube, en dos tiempos, desbarató el peligro ante la amenazadora presencia de un Adhigibe que fue amonestado con tarjeta amarilla por una acción de juego peligroso sobre el guardameta del Castilla. El delantero nigeriano dispuso de una buena ocasión para recortar la desventaja. Volvió a fallar, como en el primer tiempo, y su remate se estrelló en el larguero. También el travesaño escupió un trallazo de Jordi a los 55 minutos que pudo ser la sentencia para el cuadro de Luismi Areda.

Seguía apurando sus opciones el conjunto granate, que dispuso de otra ocasión al filo de la hora de partido. El cabezazo tibio de Adhigibe lo detuvo el meta del Castilla sin complicaciones. Sí acertó el ariete del Pontevedra un par de minutos después en un envío de Álex González también desde el mismo flanco. Adhigibe, en el punto de penalti, marcó a placer el 2-1.

El gol hizo creer y crecer al once de Luismi. El 2-2 se mascaba. Primero en una falta lateral que Víctor Vázquez, tras acomodar la pelota con el pecho, remató y despejó Altube con el pie. La fe mantuvo vivo al Pontevedra.

POLÉMICA FINAL

Fue un partido que no ofreció jugadas demasiado polémicas, salvo al final. Orellana Cid y sus asistentes supieron conducir con relativa buena nota el encuentro y aportaron justicia en las acciones más conflictivas. No se mojaron en una posible agresión de Pedro a Víctor Vázquez y tampoco vieron luego una acción del central marinense sobre el atacante blanco que debió ser motivo de cartón amarillo. Pero más allá de eso, acertaron en las amonestaciones y posiblemente en una falta a Marvin fuera del área que el Castilla pidió dentro.

La acción discutible llegó al final. El colegiado añadió cuatro minutos y permitió que el PCF lanzase un córner a falta de seis segundos para el 95 (hubo pérdidas de tiempo). Llegó el gol de Romay, que el asistente anuló por fuera de juego posicional de Pazos. Una acción muy dudosa que cayó del lado blanco.