Opinión

Españoles: bestias y carroñeros

SI, AUNQUE les cueste creerlo, los españoles somos para el sujeto que preside, estos días, el gobierno regional catalán, Torra, unos bestias. Si, somos carroñeros, hienas y víboras. "Bestias con forma humana, sin embargo, que destilan odio", Torra dixit. "Un odio perturbado, nauseabundo, como de dentadura postiza con moho, contra todo lo que representa la lengua. Están aquí, entre nosotros". Sigue diciendo el presidente racista, que nos hace recordar las leyes de Núremberg, segregacionistas y antisemitas, del Reich alemán, de terrible recuerdo para la Humanidad.

Les repugna cualquier expresión no ya de catalanismo, sino de catalanidad. Es una fobia enfermiza

Además, los españoles somos para este individuo unos pobres miserables puesto que para Torra "España, esencialmente, ha sido un país exportador de miseria, material y espiritualmente hablando". En uno de los artículos que escribió el presidente, titulado "La lengua y las bestias", ponía de manifiesto lo siguiente: "Están cerca, entre nosotros, todos conocemos algunos. Abundan especialmente en la zona alta de Barcelona y en barrios bienestantes. Les repugna cualquier expresión no ya de catalanismo, sino de catalanidad. Es una fobia enfermiza. Hay algo freudiano en estos seres. O una pequeña sacudida en su cadena de ADN. ¡Pobres individuos! Conozco del PP, de Ciudadanos y del PSC".

El asunto, todo el mundo lo sabe, viene de lejos. Y en vez de atajarlo por quien tenía la legitimidad y la autoridad para hacerlo se estuvo mercadeando con estos trileros durante cuarenta años y ahora pasa lo que pasa. Recuerdo, también, hace ya tiempo, a un tal Juan Oliver. Un ciudadano, al parecer periodista, de la caverna catalana que fue nada más y nada menos que director general de la televisión publica de Cataluña en los gobiernos del trinque convergente. Un día, Oliver, se levantó de la cama y se fue a la radio catalana RAC 1. Con el micrófono delante, se dirigió a los oyentes de la región en estos términos: "los españoles son unos chorizos por el hecho de ser españoles". Y esto es lo que hemos tolerado durante estos últimos cuarenta años de democracia.

Los que vivimos y seguimos la Transición política con apenas 17 años, día a día, por la prensa, la radio y la televisión, no nos podemos imaginar lo que pensarían, hoy, de semejantes insultos, aquellos señores que volvieron del exilio, de Europa y América, muchos de ellos perseguidos por el nazismo, al que también ayudaron a derrotar, como Amado Granell que encabezó la columna de vehículos de la 2ª División Blindada de la Legión Extranjera que liberó Paris de los nazis, y otros muchos republicanos españoles. Qué pensarían al saber que el socialismo español forme gobierno apoyado por personajes como el tal Torra. ¿Qué dirían, hoy, aquellos hombres de la Junta Democrática, como Carrillo, Calvo Serer, Tierno Galván, Raúl Morodo, García Trevijano o José Vidal Beneyto? O los miembros de la Plataforma Democrática, conformada por el PSOE, democristianos, socialdemócratas, UGT, o el Movimiento Comunista. Todos ellos contribuyeron, con mucho esfuerzo, a luchar contra la dictadura y a crear el sistema democrático en el que hoy vivimos con una Constitución ejemplar. ¿Qué dirían hoy? ¿También bajarían la cabeza y mirarían para otro lado? ¿Consentirían que un sujeto de esta catadura moral, un racista y un golpista confeso siguiera al frente de una institución democrática, insultando a todos los españoles? Creo, sinceramente, que no.

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