La espuma generada por la esclusa de A Xunqueira alarma a los transeúntes

se trata de una reacción natural que ocurre cada vez que ambas corrientes entran en contacto. Son las denominadas espumas endógenas

Una usuaria de A Illa das Esculturas observando la masa espumosa JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Una usuaria de A Illa das Esculturas observando la masa espumosa. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

La aparatosa mancha de espuma que se forma en el Lérez cada vez que se abre la compuerta de A Xunqueira fue este miércoles más extensa que de costumbre, generando la lógica preocupación entre los numerosos usuarios de A Illa das Esculturas y el paseo de Beiramar, alguno de los cuales, alarmado, llegó a pensar en un vertido de tipo tóxico.

Sin embargo, se trata de una reacción natural que ocurre cada vez que ambas corrientes entran en contacto. Son las denominadas espumas endógenas, producto de la descomposición de materia vegetal o exudados de organismos acuáticos, generalmente fitoplancton. Estos compuestos orgánicos naturales tienen propiedades tensoactivas (surfactantes) similares a los jabones y, al batirse el agua con la apertura de la esclusa, se generan estas espumas, que se acumulan a lo largo del cauce.

La explicación es que estas sustancias pesan menos que el agua y al agitarse la superficie con el oleaje producido por la corriente, se forman burbujas, originando una espuma de aspecto jabonoso. Sin embargo, fuentes de la Policía Local han garantizado que «no hay motivo alguno para las alarmas, porque se han realizado analíticas muy exhaustivas y no se ha detectado ningún origen tóxico o perjudicial para la salud».

La esclusa de A Xunqueira actúa a modo de filtro para que no acaben en el Lérez la multitud de ramas, hojarasca y restos que discurren por el riachuelo interior de A Illa das Esculturas. Periodicamente, una vez limpiada, se abre y ese agua estacanda desemboca en el río, originándose una cortina de espuma muy extensa y llamativa pero totalmente inocua.

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