Opinión

Experiencias en playa y monte

SÍ, AUNQUE cueste reconocerlo, el que ven en la foto de la derecha es el alcalde de Vilanova de Arousa, Gonzalo Durán, que en su condición de presidente de la Mancomunidade do Salnés participó el martes en la demostración del funcionamiento de los drones que el Concello de Sanxenxo volverá a tener operativos este verano en las playas de Silgar y Montalvo. Ahora se explican lo de las gafas, ¿verdad? Pues lo cierto es que Durán quiso experimentar en primera persona la sensación de volar, pero con los pies en el suelo (en la arena, para ser más exactos), así que mientras otros guiaban el aparato, se suponía que él podría ver todo el recorrido desde el cielo, que ayer lució despejado en el municipio sanxenxino. La panorámica sería de diez, pero lo cierto es que se llevó un chasco, porque solo llegó a ver un rombo amarillo, o eso dijo.

Por cierto, hablando de sobresalientes, acabo de darme cuenta de que no les comenté lo increíblemente emocionante que fue escuchar la voz de Rosa Cedrón envolviendo el curro de Sabucedo el pasado domingo. Todo un lujo para los oídos y un momento para recordar, como, bien seguro, lo hará la artista nacida en Monforte de Lemos, quien tras su actuación se quedó en las gradas para presenciar, de cabo a rabo, la celebración de la segunda ‘rapa’ del año. A juzgar por sus expresiones, disfrutó del espectáculo, aunque sin disimular la tensión generada por cada golpe y patada de los équidos a los ‘aloitadores’. Menos mal que la noble lucha terminó sin incidentes de gravedad.

Y es que los ‘aloitadores’ están hechos de otra pasta, o eso dicen. Tendré que preguntárselo un día al exedil del PSOE de Cerdedo, Xoel Vázquez, a quien se le vio midiendo su fuerza y destreza con las ‘bestas’ en la ‘rapa’ del lunes. Xoel es un habitual del curro de Sabucedo, para el que siempre hace un hueco en su apretada agenda de emprendedor.

Haciendo mención a esto último, vuelvo a acordarme de la alcaldesa de Forcarei, Verónica Pichel, que sigue sin llamarme para el pretendido café. No lo digo como reproche, ni mucho menos. Pero me pregunto si, la pobre, ya habrá descongestionado su calendario de compromisos, aunque mucho me temo que seguirá sin demasiado tiempo libre. Si el almanaque que tengo sujeto a mi nevera no me engaña (que en esto de los calendarios ya saben que cada uno dice una cosa), ayer fue su santo. ¿Lo habrá podido celebrar? Es más, en medio de tanto ajetreo, ¿se habrá dado cuenta de su onomástica? Espero que su nivel de ocupación no haya llegado a tal extremo y, como le dije en su día, le animo a que dosifique y disfrute del verano.

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