Darío Rivas, hijo del alcalde de Castro de Rei fusilado en octubre de 1936, falleció este lunes en Buenos Aires a los 99 años.
En su intento de que se hiciese justicia con su padre, Rivas presentó en 2010 en un juzgado de Argentina la primera querella para que se investigase al franquismo por delitos de lesa humanidad.
Severino Rivas, asesinado por los falangistas, fue de hecho la primera víctima del franquismo exhumada en Galicia gracias a la insistencia de su hijo Darío. Aunque vivió casi toda su vida en Argentina, supo del paradero de los restos de su padre de casualidad, en una de sus visitas a Galicia, sesenta y nueve años después de su muerte.
Desde ese momento no paró hasta darle sepultura digna. En 2005 fue exhumado su padre y en 2015, diez años después, se le rindió tributo a Darío en Portomarín.
Un año antes, convertido ya en un icono de la lucha por la Memoria Histórica, había acudido a la Praza do Obradoiro, donde se reunían Mariano Rajoy y Angela Merkel, para entregarle una misiva a la canciller alemana en la que la instaba a pedir perdón por la colaboración nazi con el franquismo durante la Guerra Civil.
[Darío Rivas y Manuel Rivas, en el Obradoiro el día que intentó dar una carta a Merkel. ARCHIVO]