Su constante presencia en el plaza del Obradoiro disfrazado de peregrino formaba parte ya del paisaje y del paisanaje de Compostela, donde era muy conocido y apreciado por los caminantes, que solían fotografiarse con él, al igual que visitantes ilustres de la capital gallega.
Juan Carlos Lema, que hace casi dos años sufrió un atropello en Melide, llevaba un tiempo apartado de la emblemática plaza compostelana como consecuencia de problemas de salud y lesiones derivados en buena parte de ese accidente de tráfico.
Lema, que recibirá sepultura este sábado en Ponte do Porto (Camariñas), de donde era originario, residió en los últimos meses en Padrón.
La muerte lo sorprendió en la calle Otero Pedrayo de Pontevedra, cerca de la estación de autobuses, donde pasaba la noche como un indigente. Ya había estado varias épocas en la ciudad del Lérez y resultaba habitual verlo en la Peregrina o en A Ferrería.
