Los fardos vuelven a las playas gallegas

Especialistas de la Guardia Civil de Lugo y de Asturias investigan la procedencia de los cerca de 200 kilos de cocaína que han llegado en las últimas semanas a arenales de Xove y Burela y a los puertos de Cudillero, Gijón o Villaviciosa

Los dos primeros fardos llegaron al puerto de Cudillero a bordo de un bonitero. DP
photo_camera Los dos primeros fardos llegaron al puerto de Cudillero a bordo de un bonitero. DP

La cocaína vuelve a las playas gallegas. A pesar de la ingente labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con la desarticulación de las organizaciones internacionales de Sito Miñanco, en febrero, y del holandés Paul Wouter, hace apenas diez días, los narcotraficantes insisten en sus intentos de introducir grandes cantidades de polvo blanco por el Noroeste Peninsular. El ejemplo más claro de ello lo están viviendo en las últimas horas los vecinos de las provincias de Lugo y Asturias, que están recibiendo un goteo constante de fardos que recuerda lo que sucedía en la primera década del presente siglo, cuando la actividad de los capos gallegos era frenética.

Con al menos la misma intensidad que entonces, los narcotransportistas redoblan sus esfuerzos para realizar la última parte del viaje, lo que conlleva que muchos sean detenidos, por una parte, pero no solo eso: están perdiendo cantidades importantes de fariña en altamar, lanzándolas ante la presencia próxima de las autoridades o perdiéndolas en las siempre difíciles maniobras de trasvase en medio de un fuerte oleaje.

La pérdida de la cocaína en un trasvase o su lanzamiento desde un mercante para su recogida son las principales hipótesis

 

El Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Asturias y miembros del Instituto Armado de Lugo tampoco descartan que la droga hallada hasta el momento, cerca de 200 kilos en nueve fardos, proceda de un fondeo, un sistema cada vez más extendido según el cual miembros de la organización lanzan los paquetes al mar desde mercantes que navegan en rutas regulares para que sean recogidos en puntos previamente pactados por otros integrantes del grupo criminal.

Los dos primeros fardos llegaron al puerto de Cudillero el 10 de agosto. La droga llegó a bordo de un bonitero, cuyo patrón la halló mientras faenaba "a unas tres horas mar adentro, en dirección a Galicia", según afirmó.

El grupo gallego que debía encargarse de introducir la mercancía en la Península puede tener problemas con los colombianos

 

Tras el hallazgo, la Guardia Civil desplegó su helicóptero sospechando que había más cocaína en altamar. De ese modo localizó un cuarto fardo el día 11.

Los tres siguientes aparecieron el jueves en zonas próximas a Gijón, mientras que los dos últimos fueron hallados en los arenales lucenses de Portocelo (Xove) y A Marosa (Burela).

El grupo encargado de introducir el alijo puede tener problemas con sus socios colombianos.